Mostrando entradas con la etiqueta Vincent van Gogh. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Vincent van Gogh. Mostrar todas las entradas

22 nov 2024

La belleza de la naturaleza

Los campos labrados (1889), de Vincent van Gogh
«Yo quisiera tan sólo tener la prueba de algo que nos tranquilizara y consolara de manera que dejáramos de sentirnos culpables o desgraciados, y poder así marchar sin extraviarnos en la soledad o en la nada; sin temer o calcular nerviosamente el mal que podríamos acarrear inconscientemente a los demás. Ese extraño Giotto, de quien decía su biógrafo que estaba siempre padeciendo y siempre lleno de fogosidad e ideas; pues bien yo quisiera llegar a esta seguridad que te hace sentir vivo, alegre y dichoso en toda ocasión. Eso puede conseguirse mejor en el campo o en una ciudad pequeña que en el infierno parisiense.

30 sept 2024

El espíritu del otoño

Puente bajo la lluvia (1887),
de Vincent van Gogh
Tendré que hablar del espíritu del otoño
ahora que septiembre
ha llegado a su fin. (Espíritu
es palabra sospechosa: no hay
hipócrita que no se abrigue
a su sombra). ¿Será
la embriaguez? ¿El viento matinal
arrastrando hojas
muchachas canciones?
¿El soplo frío de las estrellas?
¿Será la belleza,
el espíritu del otoño? Hay un límite
para el hombre, un límite
para soportar el peso del mundo.
De la belleza, de la bárbara
orgullosa belleza, ¿quién sabe defenderse
sin miedo de que le reviente el corazón?

9 jul 2024

Amapolas en julio

Campo con amapolas (1889),
de Vincent van Gogh
Pequeñas amapolas, llamitas del infierno,
¿sois tan inofensivas?

Vuestro fuego fluctúa y no puedo tocaros.
Pongo mi mano entre las llamas. Nada se quema

Y me agota observaros
arder así, arrugadas y rojas, como piel de una boca.

Una boca con sangre fresca.
¡Pequeñas faldas ensangrentadas!

25 may 2024

Del otro lado del arroyo

El pequeño arroyo (1890), de Vincent van Gogh
«Dos monjes que regresaban a su casa llegaron a un vado donde encontraron a una hermosa niña que no se atrevía a cruzarlo temerosa de mojar sus mejoras ropas. El primer monje, casi sin detenerse, la alzó en sus brazos y la llevó hasta el otro lado. La niña se lo agradeció y los dos hombres siguieron su camino. Después de recorrer tres kilómetros el otro monje, sin poder contenerse más, exclamó: “¿Cómo pudiste hacer eso, tomar a una niña en tus brazos? Conoces bien las Reglas…” y otras cosas por el estilo. Respondió el primer monje con una sonrisa. “Debes estar cansado, habiendo cargado con la niña todo este tiempo. Yo la dejé del otro lado del arroyo”».


(HUMPHREYS, C. La búsqueda interior. Buenos Aires: Lidium, 1984, p. 83).

27 abr 2024

Sorrow

Sorrow (1882),
de Vincent van Gogh
«Es preciso comprender la idea que yo tengo del arte. Para alcanzar la verdad, se necesita trabajar mucho y largo tiempo. Aquello que yo quiero y a lo que aspiro es condenadamente difícil; y con todo, no creo que mis aspiraciones sean altas. Quiero hacer dibujos que golpeen a ciertas personas. Sorrow no es más que un comienzo; es posible que pequeños paisajes como el Laan van Meerdervoort, Los prados de Rijswijk o El secadero de pescado, sean también un comienzo. Al menos contienen alguna cosa de mi propio corazón. Tanto en la figura como en el paisaje yo quisiera expresar, no un sentimentalismo melancólico, sino un profundo dolor. Por encima de todo, quiero alcanzar un punto en que se diga de mi obra: ese hombre tiene una sensibilidad muy delicada. Pese a mi reconocida torpeza, o a causa de ella, ¿me comprendes?».


(GOGH, Vincent van. Cartas a Theo. Barcelona: Paidós, 2004, p. 82).

24 mar 2024

Voz sin pérdida

Árbol golpeado por el viento (1883), 
de Vincent van Gogh
Este viento de marzo
da libertad y bienaventuranza.
Como tu voz, que es casi luz, almendra
abierta de misterio y de lujuria,
con sus tonos astutos, tierna y seca, latiendo
tan desnuda que limpia la alegría,
con su esmalte y sus ángulos,
sus superficies bien pulimentadas,
no con arrugas, pero
penetrando en mí siempre,
unas veces sumisa y precavida,
trémula de inocencia otras, y en secreto,
bien sé si turbio o si transparente.

13 dic 2023

Como llenarte soledad sino contigo misma

Paisaje de otoño al anochecer (1885)
de Vincent van Gogh
«Encuentro saludable el estar solo la mayor parte del tiempo. La compañía, aun la mejor, cansa y pronto es una pérdida de tiempo. Me encanta estar solo. Jamás di con compañía más acompañadora que la soledad. La más de las veces solemos estar más solos los hombres que cuando nos encerramos en nuestro cuarto. El hombre que piensa o trabaja está siempre solo, doquiera se encuentre. La soledad no se mide por la distancia que media entre una persona y otra. El estudiante verdaderamente diligente es tan solitario en una de las pobladas colmenas de Cambridge College como el derviche en medio del desierto.

21 jul 2023

Todas las inteligencias despiertan por la mañana

 Campo de la Provenza en verano (1888),
Vincent van Gogh
«Cada mañana me traía una nueva invitación a conferir mi vida igual sencillez, y me atrevo a decir inocencia, que la Naturaleza misma; he sido adorador de Aurora tan sincero como lo fueran los mismos griegos. Me levantaba temprano e iba a darme un baño en la laguna; era un verdadero ejercicio religioso y una de las mejores cosas que hacía. Se dice, por cierto, que en la bañera del rey Tching-thang se había grabado a tal efecto: “Renuévate completamente cada día; una y otra vez y siempre”. Lo comprendo. La mañana nos trae de nuevo los tiempos heroicos. Me afectaba tanto el leve zumbido de un mosquito que diera su vuelta invisible e inimaginable por mi habitación al romper el alba, sentado yo con puerta y ventana abiertas, como pudiera hacerlo una trompeta que cantara a la fama.

21 nov 2022

Mi invitada de noviembre

Paisaje bajo la lluvia (1890), de Vincent Van Gogh
Mi Tristeza, cuando está aquí conmigo
piensa que estos oscuros días de lluvias otoñales
son los días más hermosos que puedan existir;
ama al desnudo, al maltratado árbol;
pasea por el sendero encharcado del prado.

27 oct 2022

La pintura como vida

Autoretrato con sombrero de fieltro,
(1887), de Vincent van Gogh
«¡Lástima que la pintura cuesta tan cara! Esta semana tenía menos problemas que las otras, así pues me dejé ir; hubiera gastado el billete de cien en una semana, pero al cabo de ella tendría mis cuatro cuadros, e incluso agregando el precio de todo el color utilizado, la semana no habría sido un fracaso. Cada día me he levantado muy temprano, he comido y he cenado bien, he podido trabajar asiduamente sin sentirme desfallecido. Pero ahí tienes, vivimos en días en que lo que uno hace no tiene salida. No sólo no se vende, tal como ves en Gauguin; uno quisiera pedir prestado sobre cuadros realizados y no encuentra nada, incluso cuando esas cantidades son insignificantes y los trabajos importantes. Ya ves como estamos en manos de la casualidad. Y temo que nuestra vida apenas cambie. A menos que preparemos vidas más ricas a los pintores que marchen sobre nuestras huellas, lo que ya sería algo.

23 sept 2022

Van Gogh

El viñedo rojo (1888), de Vincent van Gogh

«Cuatro tíos y un hermano estaban dedicados al comercio de obras de arte, pero él consiguió vender un cuadro, sólo uno, en toda su vida. Por admiración o por lástima, la hermana de un amigo le pagó cuatrocientos francos por un óleo, El viñedo rojo, pintado en Arles.

Más de un siglo después, sus obras son noticia en las páginas financieras de diarios que jamás leyó, son las pinturas más cotizadas en galerías de arte donde nunca entró, las más vistas en museos que ignoraron su existencia y las más admiradas en academias que le aconsejaron que se dedicara a otra cosa.

3 ago 2022

Cielo de agosto

Shed with Sunflowers (1887)
 de Vincent van Gogh
Ahora necesito más que nunca
mirar al cielo. Ya sin fe y sin nadie,
tras este seco mediodía, alzo
los ojos. Y es la misma verdad de antes
aunque el testigo sea distinto. Riesgos
de una aventura sin leyendas ni ángeles,
ni siquiera ese azul que hay en mi patria.
Vale dinero respirar el aire,
alzar los ojos, ver sin recompensa,
aceptar una gracia que no cabe
en los sentidos pero les da nueva
salud, los aligera y puebla. Vale
por mi amor este don, esta hermosura
que no merezco ni merece nadie.
Hoy necesito el cielo más que nunca.
No que me salve, sí que me acompañe.



(RODRÍGUEZ, Claudio. Poesía completa (1953-1991). Barcelona: Tusquets, 2001, p. 183).

6 abr 2022

Pasión irresistible

«Me ocurre a menudo que hablo u obro con demasiada precipitación, cuando lo mejor sería esperar pacientemente. […] Siendo así, ¿qué debo hacer? ¿Considerarme un hombre peligroso e incapaz de cualquier cosa? No lo creo. Pero debo procurar por cualquier medio sacar de estas pasiones un buen partido. Por ejemplo, para mencionar una entre otras, yo siento una pasión irresistible por los libros; necesito instruirme continuamente, estudiar si quieres, del mismo modo que necesito alimentarme. Tú puedes comprender esto.

9 dic 2021

Casi invierno

Alameda en otoño (1884), 
Vincent van Gogh

Alamedas desnudas,
mi amor se vino al suelo.
Verdes vuelos, velados
por el leve amarillo
de la melancolía,
grandes hojas de luz,
días caídos
de un otoño abatido por el viento

¿Y me preguntas hoy por qué estoy triste?

De los álamos vengo.


(GONZÁLEZ, Ángel. El otoño y otras luces. Barcelona: Tusquets, 2001, p. 15).

20 oct 2021

La actitud del pintor

Paisaje de otoño con cuatro árboles (1885), de Vincent van Gogh 
«El pintor tiene el deber de sumergirse en la naturaleza por completo, utilizar toda su inteligencia, y poner sentimiento en su obra, para que ésta se haga comprensible a los otros».


(GOGH, Vincent van. Cartas a Theo. Barcelona: Paidós, 2004, p. 88).

23 ago 2020

Visita familiar

La avenida de los Alyscamps
(1888), de Vincent van Gogh

Un otoño prendido visitó
a su familiar agosto,
Estos últimos 2 días


Haunted Autumn visiting
Familiar August,
These last 2 days



(KEROUAC, Jack. Libro de haikus. Madrid: Bartleby, 2007, p. 72-73).

15 jun 2020

Hay que proseguir el camino

El sembrador (1888),  de Vincent van Gogh
«Mi experiencia me enseñó, por lo menos, que si uno avanza confiado en la elección de sus sueños y se esfuerza por vivir la vida que ha imaginado, tropezará con el éxito menos esperado en su vida corriente. Dejará atrás un gran número de cosas, atravesará una frontera invisible; leyes nuevas, universales y más abiertas empezarán a establecerse dentro y alrededor de su persona; o se ampliarán las viejas, cuya interpretación le favorecerá con más largueza; vivirá en una libertad propia de un orden de seres más elevado. A medida que simplifique su vida, las leyes del universo se le revelarán menos complejas, la soledad dejará de ser soledad; la pobreza, pobreza; la debilidad, debilidad. Si has levantado castillos en el aire, tu trabajo no tiene por qué ser vano; ahí es donde debieran estar. Ponles ahora tus cimientos».

(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 396).

30 sept 2019

Y aquí está el otoño...

Paisaje de otoño (1885),  de Vincent van Gogh
El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.



Ángel González


28 abr 2018

El aire y el viento


Campo con amapolas  (1890),  de Vincent van Gogh
   «Por los caminos voy, como el burrito de San Fernando, un poquito a pie y otro poquito andando.
   A veces me reconozco en los demás. Me reconozco en los que quedarán, en los amigos abrigos, locos lindos de la justicia y bichos voladores de la belleza y demás vagos y mal entretenidos que andan por ahí y por ahí seguirán, como seguirán las estrellas de la noche y las olas de la mar. Entonces, cuando me reconozco en ellos, yo soy aire aprendiendo a saberme continuado en el viento.
   Me parece que fue Vallejo, César Vallejo, quien dijo que a veces el viento cambia de aire.
   Cuando yo ya no esté, el viento estará, seguirá estando».


(GALEANO, Eduardo.  El libro de los abrazos. 34ª reimp. Madrid: Siglo XXI de España, 2015, p. 257).