«[...] Fue su marido quien introdujo
a Božena, quien hablaba solamente
alemán en casa, en los círculos patrióticos checos; de modo que ella, que se
convirtió después de su muerte en un verdadero mito nacional, comenzó a leer en
checo y a aprender la ortografía y la gramática relativamente tarde.
La
bella Božena se inició en el oficio de escritora bajo la influencia del joven
poeta Václav Bolemír Nebeský. Él no fue su único amante, como le confesó a su
marido en una carta de sorprendente franqueza. Sus relaciones, sin embargo, no
le aportaron más que decepción y cólera: “He buscado vanamente un amor parecido
al que experimentaba yo misma. Quería un hombre al que hubiera podido venerar,
(...) pero en los hombres encontré sólo déspotas groseros, sólo señores (...).
La amargura y la porfía se anidaron en mi corazón.