Mostrando entradas con la etiqueta Consumo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Consumo. Mostrar todas las entradas

3 nov 2019

Resultados del capitalismo

«A la injusticia y la desigualdad hay que añadir la inestabilidad. Las sociedades capitalistas sufren crisis periódicas, desastres financieros, quiebras industriales, altas y bajas de sus productos y sus precios, cambios repentinos de fortuna entre los propietarios, desempleo crónico entre los trabajadores. La angustia psicológica, la incertidumbre, el no saber qué será de nosotros mañana, se ha convertido en nuestra segunda naturaleza. El mercado es el promotor de los cambios y las innovaciones técnicas; también es el rey del despilfarro.

11 nov 2017

La pregunta universal es: ¿cuánto vales?


«El lucro es el dios que al mismo tiempo aplasta a las almas como obleas idénticas y las enfrenta unas contra otras con ferocidad de bestias. El signo estampado sobre cada cuerpo y cada alma es el precio. La pregunta universal es ¿cuánto vales? Las leyes del mercado se aplican lo mismo a la propaganda política que a la literatura, a la predicación religiosa que a la pornografía, a la belleza corporal que a las obras de arte. Las almas y los cuerpos, los libros y las ideas, los cuadros y las canciones se han convertido en mercancías. La libertad y la educación para todos, en contra de lo que creían los hombres de la Ilustración, no han llevado a los hombres a frecuentar a Platón o a Cervantes sino a la lectura de los comics y los best-sellers.

21 jun 2014

Bis a bis

«La expresión “sociedad de consumo” apareció por primera vez en los años veinte en los Estados Unidos y se popularizó en el mundo occidental durante los años cincuenta y sesenta. Decir, sin embargo, sociedad de consumo para designar la sociedad actual resulta tan ocioso como redundante. O hay consumo o no hay sociedad. La vitalidad de la sociedad es ya dependiente de la vitalidad del consumo y, al cabo, la cultura se encuentra entremezclada con sus requerimientos. Nuestro destino se juega en el interior de esta esfera y la crítica a la cultura de consumo es una ocupación inútil que ni siquiera es capaz de imaginar la afectación del objeto al que dirige su inquina.