Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
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31 jul 2023
3 nov 2019
Resultados del capitalismo
«A la
injusticia y la desigualdad hay que añadir la inestabilidad. Las sociedades
capitalistas sufren crisis periódicas, desastres financieros, quiebras
industriales, altas y bajas de sus productos y sus precios, cambios repentinos
de fortuna entre los propietarios, desempleo crónico entre los trabajadores. La
angustia psicológica, la incertidumbre, el no saber qué será de nosotros
mañana, se ha convertido en nuestra segunda naturaleza. El mercado es el
promotor de los cambios y las innovaciones técnicas; también es el rey del
despilfarro.
12 ago 2018
22 abr 2018
18 ene 2018
20 nov 2017
11 nov 2017
La pregunta universal es: ¿cuánto vales?
«El
lucro es el dios que al mismo tiempo aplasta a las almas como obleas idénticas
y las enfrenta unas contra otras con ferocidad de bestias. El signo estampado
sobre cada cuerpo y cada alma es el precio. La pregunta universal es ¿cuánto
vales? Las leyes del mercado se aplican lo mismo a la propaganda política que a
la literatura, a la predicación religiosa que a la pornografía, a la belleza
corporal que a las obras de arte. Las almas y los cuerpos, los libros y las
ideas, los cuadros y las canciones se han convertido en mercancías. La libertad
y la educación para todos, en contra de lo que creían los hombres de la
Ilustración, no han llevado a los hombres a frecuentar a Platón o a Cervantes
sino a la lectura de los comics y los best-sellers.
19 jul 2017
3 may 2016
26 jul 2015
21 jun 2014
Bis a bis
«La expresión “sociedad de consumo” apareció
por primera vez en los años veinte en los Estados Unidos y se popularizó en el
mundo occidental durante los años cincuenta y sesenta. Decir, sin embargo,
sociedad de consumo para designar la sociedad actual resulta tan ocioso como
redundante. O hay consumo o no hay sociedad. La vitalidad de la sociedad es ya
dependiente de la vitalidad del consumo y, al cabo, la cultura se encuentra
entremezclada con sus requerimientos. Nuestro destino se juega en el interior
de esta esfera y la crítica a la cultura de consumo es una ocupación inútil que
ni siquiera es capaz de imaginar la afectación del objeto al que dirige su
inquina.