La lectora (2), de Jean Jacques Henner
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«Un libro es, esencialmente, no una cosa hablada, sino
una cosa escrita; y escrita, no con el propósito de mera comunicación, sino de
permanencia. El libro de conversación se imprime sólo porque su autor no puede
hablar a miles de personas a la vez; si pudiera hacerlo, lo haría: el volumen
es una mera multiplicación de su voz. No podemos hablar con nuestro amigo de la
India; si pudiéramos, lo haríamos; en lugar de ello, escribimos: esto es
mero vehículo de la voz. Pero un libro se escribe, no para
multiplicar la voz meramente, ni para transportarla, sino para perpetuarla. El
autor tiene algo que decir, que ve que es útil y verdadero, o bellamente útil.
Hasta donde llegan sus noticias, sabe que nadie lo ha dicho aún; hasta donde
alcanzan sus conocimientos, sabe que nadie puede decirlo.