Separación (1900), de Edvard Munch |
Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
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15 mar 2024
Las ovejas y los lobos
5 sept 2023
La zorra y los cazadores
El oro del azur (1967), de Joan Miró |
- ¿Cómo es esto? –exclamó el leñador–, ¿acabo de salvarte la vida y ni tan siquiera me das las gracias?
- ¡Ay, amigo! –respondió la zorra–, si tus manos, tus ademanes y tus obras fuesen tan buenos como tus palabras, seguramente merecerías que te las diera cumplidas».
Quien mezcla las obras buenas con las malas, hace mal siempre.
(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 21-22).
11 may 2021
El buitre y las otras aves
Vuelo de pájaros, de Joan Miró |
Cuando un poderoso te halaga y te convida, cuida de que no intente engañarte.
(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 13).
22 dic 2020
El lobo y el perro
El hijo del hombre
(1964), de René
Magritte
|
«Un lobo flaco y hambriento encontró
en un camino a un perro que estaba gordo y bien cuidado.
- Dime –le interrogó–, ¿en qué
consiste que siendo yo más fuerte y más valiente que tú, no encuentro que comer
y casi me muero de hambre?
- Consiste –contestó el perro– en
que sirvo a un amo que me cuida mucho, me da pan sin pedírselo, me guarda los
huesos y mendrugos que sobran de las comidas, y no tengo más obligación que
custodiar la casa.
- Mucha felicidad es ésta –contestó
el lobo envidiándole su suerte.
- Pues mira –replicó el perro–, si
tú quieres puedes disfrutar del mismo destino, viniendo a servir a mi amo y
defendiendo la casa de los ladrones por la noche.
- Convengo en ello –dijo el lobo–,
porque más cuenta me tiene vivir bajo techado y hartarme de comida sin tener
nada qué hacer, que no andar por los bosques con lluvias y nieves.
17 ago 2020
El ciervo, la oveja y el lobo
(6), de František Kupka |
«Poniendo por testigo a un lobo que
estaba presente, pidió un ciervo a cierta oveja que le devolviese una fanega de
trigo, que decía falsamente le tenía prestada. Amedrentada la oveja con la
presencia del lobo, confesó que era verdad, y pidió al ciervo un plazo para
pagarla, el cual le fue concedido. Transcurrido el término, volvió el ciervo a
pedir el trigo, pero entonces dijo la oveja:
- Mi promesa fue forzada, viéndome
en presencia de mi enemigo, pero ahora que no está no tengo miedo, te niego lo
prometido, pues lo que prometemos contra nuestra voluntad, no es obligatorio».
Tenemos el derecho de repeler
la fuerza con la fuerza, cuando sin motivo alguno se nos hostiga.
(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 31).
7 ene 2020
El avariento y el envidioso
Circle Limit III (1959), de M.C. Escher
|
«Dos
hombres, de los cuales uno era muy avariento y el otro muy envidioso, rogaban a
Júpiter que les satisfaciera sus anhelos. Envió el padre de los dioses a Apolo
para que se enterase de sus deseos, pero con la condición de que uno de ellos
pidiera el primero para que el segundo recibiese doble de lo que hubiese
pedido. Oyendo esto el avariento, quiso que pidiese primero el envidioso, para
tener el doble de las riquezas que supuso pediría, pero viendo el envidioso que
siendo el primero en pedir recibiría el avariento el doble que él, pidió con
toda mala intención que le sacasen un ojo para que al avariento tuviesen que
sacarle los dos».
Insaciable es la avaricia, pero
la envidia aún es peor. El envidioso, con tal de causar daño a otro, se
sacrifica a sí mismo.
(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 70).
17 nov 2014
El adivino
La Sibila Délfica (1509), de Miguel Ángel
|
«Decía
en la plaza un adivino la bienaventura, cuando le comunicaron que acababan de
abrir las puertas de su casa y robado cuanto había en ella. Tan pronto como lo
oyó, echó a correr hacia su morada, y al verlo uno le dijo:
-
Hombre, ¿ofreces adivinar la suerte de los demás y no has sabido adivinar la
tuya?».
Son
muchos los que no saben manejar sus propios negocios, y sin embargo se empeñan
en dar consejos y querer dirigir a los demás.
(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 74).
28 ago 2014
El león y la zorra
Fratellini (1927), de Joan Miró
|
«Deseando el león matar diversos animales
para alimentarse de su carne se fingió enfermo, y con este engaño entraban
muchos en su cueva y los devoraba. Llegó asimismo la zorra, pero temiendo al
león, le dijo desde fuera que sentía mucho su enfermedad.
-
¿Por qué no entras? –le preguntó el león–. Desconfías acaso de mí, cuando estoy
tan débil que apenas puedo menearme? No temas, pues, entra sin recelo.
-
No lo haré seguramente –respondió la astuta zorra–, porque veo huellas de los
que han entrado, pero no las veo de que hayan salido».
No
debemos fiar ciegamente en lo que nos dicen; ni creer todas las palabras, según
quien sea el que las pronuncie.
(ESOPO.
Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 25-26).
3 may 2014
El gallo y la marcasita
-
¿Cómo estás así entre el estiércol? Si te hubiese hallado algún platero se
habría alegrado sobremanera y te hubiera devuelto el brillo; pero yo en balde
te encuentro, porque de nada me sirves».
Así
son la ciencia y la sabiduría para los necios e ignorantes: en nada las
estiman.
(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 39).
6 feb 2014
Los cuadrúpedos y las aves
«Hallándose
en continua guerra las aves y los cuadrúpedos, se dieron una sangrienta batalla
durante la cual, creyendo el murciélago que vencerían los últimos, desertó de
las aves y se pasó a los enemigos. Sucedió, sin embargo, que llegando poco
después el águila, animó de tal manera a las aves, que peleando con mayor
esfuerzo vencieron a los cuadrúpedos. Hiciéronse después las paces, y todos
condenaron al murciélago a quitarle las plumas en castigo de su perfidia,
prohibiéndole que jamás se presentase a su vista: motivo por el que este animal
sólo sale por las noches».
Quien se excusa de
acompañar a sus amigos en los días de adversidad y peligro, también será
desechado por ellos en los días de prosperidad y bienandanzas.
(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 37-38).