«La expresión “sociedad de consumo” apareció
por primera vez en los años veinte en los Estados Unidos y se popularizó en el
mundo occidental durante los años cincuenta y sesenta. Decir, sin embargo,
sociedad de consumo para designar la sociedad actual resulta tan ocioso como
redundante. O hay consumo o no hay sociedad. La vitalidad de la sociedad es ya
dependiente de la vitalidad del consumo y, al cabo, la cultura se encuentra
entremezclada con sus requerimientos. Nuestro destino se juega en el interior
de esta esfera y la crítica a la cultura de consumo es una ocupación inútil que
ni siquiera es capaz de imaginar la afectación del objeto al que dirige su
inquina.