«Es bueno que ciertas cosas, que ya no puedan transformarse en otras, consten, simplemente, sin lamentar los hechos ni tampoco juzgarlos. Fue así que comprendí claramente que yo nunca sería un verdadero lector. Cuando era niño se me antojaba que la lectura era una profesión que debía ser asumida más tarde, un día, cuando llegara el momento de las profesiones, una tras otra. A decir verdad, no tenía una idea precisa de cuándo podría ocurrir esto. Confiaba en que se advertiría cuano la vida, en cierto modo, cambiara repentinamente y sólo le viniera a uno de fuera, así como antes surgía de adentro.
Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
Mostrando entradas con la etiqueta Cartas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cartas. Mostrar todas las entradas
5 abr 2023
27 oct 2022
La pintura como vida
Autoretrato con sombrero de fieltro, (1887), de Vincent van Gogh |
«¡Lástima que la pintura cuesta tan cara! Esta semana tenía menos problemas que las otras, así pues me dejé ir; hubiera gastado el billete de cien en una semana, pero al cabo de ella tendría mis cuatro cuadros, e incluso agregando el precio de todo el color utilizado, la semana no habría sido un fracaso. Cada día me he levantado muy temprano, he comido y he cenado bien, he podido trabajar asiduamente sin sentirme desfallecido. Pero ahí tienes, vivimos en días en que lo que uno hace no tiene salida. No sólo no se vende, tal como ves en Gauguin; uno quisiera pedir prestado sobre cuadros realizados y no encuentra nada, incluso cuando esas cantidades son insignificantes y los trabajos importantes. Ya ves como estamos en manos de la casualidad. Y temo que nuestra vida apenas cambie. A menos que preparemos vidas más ricas a los pintores que marchen sobre nuestras huellas, lo que ya sería algo.
6 abr 2022
Pasión irresistible
«Me ocurre a menudo que hablo u obro con demasiada precipitación, cuando lo mejor sería esperar pacientemente. […] Siendo así, ¿qué debo hacer? ¿Considerarme un hombre peligroso e incapaz de cualquier cosa? No lo creo. Pero debo procurar por cualquier medio sacar de estas pasiones un buen partido. Por ejemplo, para mencionar una entre otras, yo siento una pasión irresistible por los libros; necesito instruirme continuamente, estudiar si quieres, del mismo modo que necesito alimentarme. Tú puedes comprender esto.
20 oct 2021
La actitud del pintor
Paisaje de otoño con cuatro árboles (1885), de Vincent van Gogh |
(GOGH, Vincent van. Cartas a Theo. Barcelona: Paidós, 2004, p. 88).
2 nov 2020
8 nov 2019
Cada palabra tuya
Amor y Psyche
(1907), de Edvard
Munch
|
«En aquellos
años sólo viví para ti. Compré todos tus libros; cada vez que tu nombre
aparecía en los periódicos era un día de fiesta para mí. ¿Puedes creer que me
sé de memoria cada línea de tus libros de tantas veces como los he leído? Si
alguien me despertara por la noche y me empezara a recitar un fragmento, aún
ahora, después de trece años, podría continuarlo en sueños. Cada palabra tuya
era para mí como el evangelio y el padrenuestro. Todo el mundo existía
únicamente en relación a ti: buscaba los conciertos y los estrenos en los
periódicos vieneses sólo pensando en cuáles te podrían haber interesado y así
acompañarte desde la lejanía: ahora entra en la sala, ahora se sienta. Lo soñé
mil veces por haberte visto un día en un concierto».
(ZWEIG, Stefan. Carta de una desconocida. 15ª ed. Barcelona:
Acantilado, 2002, p. 27-28).
3 feb 2019
Recuerdos de una carta
Mujer sentada (1960), de Joan Miró |
«Él dejó caer
la carta, las manos le temblaban. Entonces empezó a cavilar durante un buen
rato. Recordaba vagamente a una niña vecina suya, a una joven mujer que había
encontrado en un local nocturno, pero era un recuerdo poco preciso y
desdibujado, como una piedra que tiembla en el fondo del agua que corre y cuya
forma no acaba de distinguirse. Eran sombras que brotaban abundantemente, que
iban y venían, pero no fue capaz de hacerse una imagen concreta. Recordaba
ciertos sentimientos y, aun así, no conseguía reconstruir todo aquello. Era
como si todas esas figuras hubiesen aparecido en un sueño, como si las hubiera
soñado a menudo y profundamente, pero sólo como si las hubiese soñado.
22 feb 2018
El encuentro
Adan y Eva (1909), de Edvard Munch
|
«No me reconociste entonces. Y cuando dos
días más tarde tu mirada me envolvió con una cierta familiaridad al volver a
encontrarnos, no reconociste en mí a aquella niña que te había querido y a la
que habías hecho despertar, sino sólo a la hermosa joven de dieciocho años que
se había cruzado en tu camino dos días antes en ese mismo lugar. Me miraste
agradablemente sorprendido, se te escapó una leve sonrisa. Volviste a pasar de
largo pero retrocediste enseguida: yo temblaba, estaba exultante de alegría,
rogaba que me hablases.
5 may 2017
Mudanza
«La mayor parte del mobiliario, las piezas
más pesadas, ya las habían subido los mozos. Ahora sólo se llevaban cosas
pequeñas hacia arriba. Me quedé de pie en la puerta para poder admirarlo todo.
Tus cosas eran muy especiales, tanto que nunca antes había visto nada igual:
había fetiches indios, esculturas italianas, grandes y deslumbrantes cuadros.
Finalmente vinieron los libros, tantos y tan bonitos que nunca hubiera
imaginado que pudieran existir. Los iban apilando en la puerta, los cogía el mayordomo,
uno por uno, y les quitaba el polvo con cuidado. Me acerqué sigilosamente para
contemplar cómo iba creciendo la pila. Tu criado no me echó, pero tampoco me
animó a quedarme allí. No me atreví a tocar nada, aunque me hubiese gustado
acariciar el suave cuero de algunas cubiertas. Miré alguno de los títulos
tímidamente: algunos eran ingleses o franceses, y otros en idiomas que no
entendía.
6 nov 2015
10 oct 2011
Cartas a un joven poeta
Nocturno (1911), de František Kupka |