24 feb 2014

El error

Espera en la terraza del Café Novelty,  
de Li-Shu Chen
«Díaz-Varela se quedó observándome muy atentamente, con una mejilla apoyada en el puño y el codo apoyado en la mesa. Aparté la vista, me turbaron sus ojos inmóviles, de mirada nada transparente ni penetrante, quizá era nebulosa y envolvente o tan sólo indescifrable, suavizada en todo caso por la miopía (probablemente llevaba lentillas), era como si esos ojos rasgados me estuvieran diciendo: “¿Por qué no me entiendes?”, no con impaciencia sino con lástima.
   –Ese es el error dijo al cabo de unos segundos, sin quitarme su mirada fija de encima ni variar su postura, como si en vez de hablar estuviera atendiendo–, un error propio de niños en el que sin embargo incurren muchos adultos hasta el día de su muerte, como si a lo largo de su vida entera no hubieran logrado darse cuenta de su funcionamiento y carecieran de toda experiencia.

14 feb 2014

Si el hombre pudiera decir

El despertar de Adonis  (1899),  de John William Waterhouse
Si el hombre pudiera decir lo que ama
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,

6 feb 2014

Los cuadrúpedos y las aves


«Hallándose en continua guerra las aves y los cuadrúpedos, se dieron una sangrienta batalla durante la cual, creyendo el murciélago que vencerían los últimos, desertó de las aves y se pasó a los enemigos. Sucedió, sin embargo, que llegando poco después el águila, animó de tal manera a las aves, que peleando con mayor esfuerzo vencieron a los cuadrúpedos. Hiciéronse después las paces, y todos condenaron al murciélago a quitarle las plumas en castigo de su perfidia, prohibiéndole que jamás se presentase a su vista: motivo por el que este animal sólo sale por las noches».

Quien se excusa de acompañar a sus amigos en los días de adversidad y peligro, también será desechado por ellos en los días de prosperidad y bienandanzas.


(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 37-38).