Canciones de primavera (1889), de William-Adolphe Bouguereau
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¡Pulsa
la luz su espacio sobre el cielo!
Un eco
intemporal a un Abril canta:
“Abril
las lluvias: sobre la tierra
–Febrero
en Marzo, en ti y en Mayo Junio,
Julio
en Agosto– el campo al sol levanta
como a
un toro del trigo, con su fruta
–espigas
mil– madura por tu celo.
Al
vuelo entre cuchillas lo separa
de ti
sin alejarlo –una gavilla
y otra
y otra, los tallos mil de un trigo
en
otro en haz–, campo entero el deseo
y,
Abriles mil, en parva lo abandonas:
a él
no llegas y a él naces y a él caído
sin él
estás, por él vas a su encuentro...
Abril
los tallos mil, Abril de tierra
derramado
en sus trigos mil se mira
en ti
continuo y, súpito de ausencias
mil, a
sus lenguas mil dejas sin mundo:
¿fuera
de Abril tu sucesión te olvida?...”
(...)
(PRADOS, Emilio. Circuncisión del sueño. Valencia: Pre-textos,
1981, p. 48-49).