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6 ago 2024

Quehacer estival

Huerto con asno (1918), de Joan Miró
«Esos días veraniegos que algunos de mis contemporáneos dedicaban a las bellas artes en Boston o en Roma, y otros a la contemplación en la India, si no al comercio en Londres o en Nueva York, yo los dediqué, como tantos otros granjeros de Nueva Inglaterra, a las faenas del campo. No es que necesitara judías para comer, pues soy de natural pitagórico en lo que a ellas, sea en forma de puré o como a medio sufragista, se refiere, de modo que las cambiaba por arroz. Acaso fuera porque alguien debe trabajar en el campo, aunque sólo sea para propiciar un día tropos y expresiones de algún pergeñador de parábolas. Era, en definitiva, un entretenimiento insólito, que de prolongarse demasiado podía acabar en disipación».



(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 203-204).

13 dic 2023

Como llenarte soledad sino contigo misma

Paisaje de otoño al anochecer (1885)
de Vincent van Gogh
«Encuentro saludable el estar solo la mayor parte del tiempo. La compañía, aun la mejor, cansa y pronto es una pérdida de tiempo. Me encanta estar solo. Jamás di con compañía más acompañadora que la soledad. La más de las veces solemos estar más solos los hombres que cuando nos encerramos en nuestro cuarto. El hombre que piensa o trabaja está siempre solo, doquiera se encuentre. La soledad no se mide por la distancia que media entre una persona y otra. El estudiante verdaderamente diligente es tan solitario en una de las pobladas colmenas de Cambridge College como el derviche en medio del desierto.

21 jul 2023

Todas las inteligencias despiertan por la mañana

 Campo de la Provenza en verano (1888),
Vincent van Gogh
«Cada mañana me traía una nueva invitación a conferir mi vida igual sencillez, y me atrevo a decir inocencia, que la Naturaleza misma; he sido adorador de Aurora tan sincero como lo fueran los mismos griegos. Me levantaba temprano e iba a darme un baño en la laguna; era un verdadero ejercicio religioso y una de las mejores cosas que hacía. Se dice, por cierto, que en la bañera del rey Tching-thang se había grabado a tal efecto: “Renuévate completamente cada día; una y otra vez y siempre”. Lo comprendo. La mañana nos trae de nuevo los tiempos heroicos. Me afectaba tanto el leve zumbido de un mosquito que diera su vuelta invisible e inimaginable por mi habitación al romper el alba, sentado yo con puerta y ventana abiertas, como pudiera hacerlo una trompeta que cantara a la fama.

5 mar 2023

¿Cuál es el mejor modo de vida?

Mariposa bicolor (2018), de Li-Shu Chen
«Una condición ideal de vida no existe, jamás, en ningún lugar. Todo es difícil y se vuelve más difícil, incluso cuando decidimos vivir a nuestro aire. Vivir nuestra propia vida sigue siendo el mejor modo de vivir, siempre lo ha sido y siempre lo será. La trampa, el mayor desengaño está en renunciar a vivir a nuestro aire hasta el día que se cree una forma ideal de gobierno que nos permita llevar una vida mejor. Llevad una vida ejemplar, enseguida, en cada instante, al máximo de vuestras capacidades, e indirectamente, inconscientemente, lograréis la forma de gobierno más cercana a lo ideal».


(MILLER, Henry. Prólogo. EN: THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques; Del deber de la desobediencia civil. Barcelona: Juventud, 2010, p. 13-14).

6 sept 2022

El meollo de la vida

El bote blanco (1905) de Joaquín Sorolla.
«Ficciones y delirios son tomados por sólidas verdades mientras que la realidad se nos antoja fabulosa. Si los hombres contemplaran sólo realidades y se sustrajeran al engaño, la vida, comparándola con lo que conocemos, sería como un cuento de hadas, algo digno de Las mil y una noches. Si respetáramos solamente lo que es inevitable y tiene derecho a ser, la música y la poesía resonarían por las calles. Cuando actuamos sin prisas y con prudencia, nos damos cuenta de que sólo lo grande y valioso posee existencia permanente y absoluta y de que las cuitas y placeres vanos no son sino sombra de la realidad. Ello resulta estimulante, sublime. Cerrando los ojos y dormitando, en cambio, dejando que las apariencias les engañen, los hombres establecen y confirman por doquier su vida diaria de rutina y hábito sobre bases puramente ilusorias. Los niños, que juegan a la vida, disciernen su verdadera ley y relaciones con más claridad que los adultos, quienes no logran vivirla dignamente, pero se creen más sabios por su experiencia, es decir, por sus fracasos».


(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 125).

15 jun 2020

Hay que proseguir el camino

El sembrador (1888),  de Vincent van Gogh
«Mi experiencia me enseñó, por lo menos, que si uno avanza confiado en la elección de sus sueños y se esfuerza por vivir la vida que ha imaginado, tropezará con el éxito menos esperado en su vida corriente. Dejará atrás un gran número de cosas, atravesará una frontera invisible; leyes nuevas, universales y más abiertas empezarán a establecerse dentro y alrededor de su persona; o se ampliarán las viejas, cuya interpretación le favorecerá con más largueza; vivirá en una libertad propia de un orden de seres más elevado. A medida que simplifique su vida, las leyes del universo se le revelarán menos complejas, la soledad dejará de ser soledad; la pobreza, pobreza; la debilidad, debilidad. Si has levantado castillos en el aire, tu trabajo no tiene por qué ser vano; ahí es donde debieran estar. Ponles ahora tus cimientos».

(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 396).

14 mar 2020

Motivo para una partida

«Dejé los bosques por una razón tan buena como la que me llevó a ellos. Quizá porque me parecía que tenía varias vidas más que vivir y que no podía seguir prodigando mi tiempo en aquélla. Choca y sorprende con qué facilidad e inconsciencia proseguimos una particular ruta, haciéndonos de ella un camino trillado. No habría vivido allá una semana cuando mis pies habían hecho ya un camino desde mi puerta a la ribera; y aunque hace ya cinco o seis años desde que lo recorriera, me resulta claramente aún familiar.

28 sept 2019

Un templo llamado hombre

El arte de la pintura  (c.a. 1666-1668),  
de Johannes Vermeer
«Todo hombre es constructor de un templo, que es su cuerpo, para el Dios al que adora; el estilo es propio, y no es martilleando el mármol como habrá de cumplir. Todos somos escultores y pintores, y el material de que hacemos uso es nuestra propia carne, nuestra sangre y nuestros huesos. La menor nobleza refina ya los rasgos del hombre; la bajeza y la sensualidad los embrutecen».

THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 275-276).

29 abr 2019

La esencia del libro

«No todos los libros son tan estúpidos como sus lectores. Probablemente encierran palabras certeramente amagadas a nuestra condición, que si pudiéramos oír y comprender realmente serían más saludables para nuestra vida que la mañana o la primavera, y que posiblemente nos revelarían una faceta inédita de las cosas. ¡Cuántos hombres no habrán iniciado una nueva era en su vida después de una particular lectura! Quizá exista para nosotros el libro que nos explique nuestros milagros y nos revele otros. Las cosas hoy inexpresables puede que hayan sido dichas en alguna parte. Estas mismas cuestiones que nos trastornan, intrigan y confunden les han sobrevenido a su vez a todos los hombres sabios; ninguna ha sido omitida, y todos han aportado su respuesta, de acuerdo con su capacidad, por medio de su vida y sus palabras».

(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 138-139).

19 ene 2019

Injusticia

Belleza abstracta (6), de Li-Shu Chen
«Si la injusticia forma parte de la necesaria fricción de toda máquina de gobierno, que siga, que siga. Quizá llegue a suavizarse con el desgaste; la máquina, ciertamente, lo hará. Si la injusticia tiene una polea, un muelle o una palanca exclusivos, puede que quizá podáis considerar si el remedio no será peor que la enfermedad; pero si es de naturaleza tal, que requiere de vosotros como agentes de injusticia para otros, entonces os digo: Romped la ley. Que vuestra vida sea una contrafricción que detenga la máquina. Lo que hay que hacer, en todo caso, es no prestarse a servir al mismo mal que se condena».


(THOREAU, Henry David. Del deber de la desobediencia civil. Barcelona: Juventud, 2010, p. 423).




4 sept 2018

Algunos principios vitales


A garden (1869),  de Albert Joseph Moore
«Por mediocre que sea vuestra vida, hacedle frente y vividla; no la esquivéis ni la denostéis. No es tan mala como vosotros mismos. Parece tanto más pobre cuanto mayor es vuestra riqueza. El buscador de defectos los halla incluso en el paraíso. Amad vuestra vida, por pobre que sea. Es posible vivir unas horas amables, emocionantes y gloriosas hasta en un asilo. El sol que se pone se refleja con igual esplendor en las ventanas del hospicio que en las del rico, y la nieve se funde frente a ambas puertas, llegada la primavera. No veo por qué una mente serena no ha de poder hallar tanta satisfacción y gozar de pensamientos tan estimulantes allí como en un palacio. A menudo nos parece que son los pobres del pueblo quienes viven de la manera más independiente, quizá porque son lo suficientemente nobles para recibir sin escrúpulos. En su mayoría piensan que se hallan por encima de ser mantenidos por el pueblo; pero ocurre con frecuencia que no se sienten por encima de automantenerse por medios ilícitos, lo cual debiera ser menos decoroso. Cuidad la pobreza como una hierba, como salvia. No os intereséis demasiado por adquirir cosas nuevas, sea vestidos o amigos. Remozad los gastados; volved a los viejos. Las cosas no cambian; somos nosotros los que cambiamos. Vended vuestras ropas y conservad vuestras ideas».


(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 401).

2 abr 2018

La verdadera riqueza


Samarkanda, Uzbekistan
«No ha de extrañar que en sus expediciones Alejandro Magno llevara con él en un precioso cofre La Iliada. Una palabra escrita es la más selecta de las reliquias. Es algo a la vez más íntimo y universal para nosotros que cualquier otra obra de arte, pues es, entre ellas, la más próxima a la vida misma. Puede ser traducida a todos los labios humanos; no sólo puede ser representada sobre una tela, sino moldeada en el aliento mismo de la vida. [...] Los libros son la riqueza que atesora el mundo y adecuada herencia de pueblos y generaciones».


(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 133).