Moonlight (1874), de Homer Winslow |
«El doctor Henke alzó impaciente la cabeza y
buscó los ojos del amigo. Él no tenía ningún sentido para la poesía, pero
casualmente se le ocurrió que aquellos ojos con su profundidad cambiante y su
brillo misterioso e inesperado tenían algo de la naturaleza del mar. Sonrió
irónicamente y gruñó:
–Dime por lo que más quieras
cómo se te ha ocurrido esa idea.