30 dic 2020

No hay prisa

Deja que pasen estos días,
dejan que pasen estos años
y entretanto
agradece el regalo de la luz
del cielo de diciembre,
tan discreta
que es casi sólo transparencia,
no ofende y es muy bella.

Deja que pasen estos años,
son pocos ya,
sé paciente y espera
con la seguridad de que con ellos
habrá pasado
definitivamente todo.

           
(GONZÁLEZ, Ángel. Nada grave. Madrid: Visor Libros, 2008, p. 51).

22 dic 2020

El lobo y el perro

El hijo del hombre  (1964), de René Magritte 
«Un lobo flaco y hambriento encontró en un camino a un perro que estaba gordo y bien cuidado.
            - Dime –le interrogó–, ¿en qué consiste que siendo yo más fuerte y más valiente que tú, no encuentro que comer y casi me muero de hambre?
- Consiste –contestó el perro– en que sirvo a un amo que me cuida mucho, me da pan sin pedírselo, me guarda los huesos y mendrugos que sobran de las comidas, y no tengo más obligación que custodiar la casa.
- Mucha felicidad es ésta –contestó el lobo envidiándole su suerte.
- Pues mira –replicó el perro–, si tú quieres puedes disfrutar del mismo destino, viniendo a servir a mi amo y defendiendo la casa de los ladrones por la noche.
- Convengo en ello –dijo el lobo–, porque más cuenta me tiene vivir bajo techado y hartarme de comida sin tener nada qué hacer, que no andar por los bosques con lluvias y nieves.

20 dic 2020

Legado

Templo en Kyoto (Japón)
El sonido del silencio
es toda la enseñanza
Que recibirás


The sound of silence
is all the instruction
You’ll get



(KEROUAC, Jack. Libro de haikus. Madrid: Bartleby, 2007, p. 124-125).

15 dic 2020

El amigo

Los lugares idénticos parecen,
Las cosas como antes,
Mas él no está, ni la luz, ni las hojas,
Y en esta calma hacia el final del año
Llevas la soledad por toda compañía.

Es grato errar afuera,
Ir con tu sombra, recordando
Lo pasado tan cerca en lo presente,
Crecida ya su flor sin tiempo.
¿Es ésta soledad si así está llena?

4 dic 2020

La memoria

La ventana abierta (1921),  de Juan Gris
«Nuestra memoria aleja o acerca los hechos y en otros casos los enriquece o los empobrece, y los transforma para hacerlos vivir. La memoria no es una colección de documentos depositados bien ordenaditos al fondo de no se sabe qué lugar de nosotros mismos; vive y cambia; acerca unos de otros los extremos de la leña seca para que brote de nuevo la llama».  

(YOURCENAR, Marguerite. El laberinto del mundo. Madrid: Alfaguara, 2012, p. 744).