Mostrando entradas con la etiqueta Quietud. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Quietud. Mostrar todas las entradas

22 nov 2024

La belleza de la naturaleza

Los campos labrados (1889), de Vincent van Gogh
«Yo quisiera tan sólo tener la prueba de algo que nos tranquilizara y consolara de manera que dejáramos de sentirnos culpables o desgraciados, y poder así marchar sin extraviarnos en la soledad o en la nada; sin temer o calcular nerviosamente el mal que podríamos acarrear inconscientemente a los demás. Ese extraño Giotto, de quien decía su biógrafo que estaba siempre padeciendo y siempre lleno de fogosidad e ideas; pues bien yo quisiera llegar a esta seguridad que te hace sentir vivo, alegre y dichoso en toda ocasión. Eso puede conseguirse mejor en el campo o en una ciudad pequeña que en el infierno parisiense.

2 sept 2024

Al recogerme

Ventanas de noche (1928), de Edward Hopper
Cuando empieza –en la noche–
a desnudarse el alma,
a recogerse en sí mientras se cierran
los ojos, y con ellos
la ensoñación del tiempo y el espacio,
helo aquí que no fuimos
ni vinimos, que el día de mañana
vendrá para dejarnos, al pasar,
de nuevo en ningún sitio,
hela aquí
la quietud
resplandeciendo.



(GALLEGO, Vicente. Saber de grillos. Madrid: Visor Libros, 2015, p. 76).

24 ago 2024

Juegos de luz y sombra

«Cada vez que veo un toko no ma, esa obra maestra del refinamiento, me maravilla comprobar hasta qué punto los japoneses han sabido dilucidar los misterios de la sombra y con cuánto ingenio han sabido utilizar los juegos de sombra y luz. Y todo eso sin buscar particularmente ningún efecto determinado. En una palabra, sin más medios que la simple madera y las paredes desnudas, se ha dispuesto un espacio recoleto donde los rayos luminosos que consiguen penetrar hasta allí engendran, aquí y allá, recovecos vagamente oscuros. Sin embargo, al contemplar las tinieblas ocultas tras la viga superior, en torno a un jarrón de flores, bajo un anaquel, y aun sabiendo que sólo son sombras insignificantes, experimentamos el sentimiento de que el aire en esos lugares encierra una espesura de silencio, que en esa oscuridad reina una serenidad eternamente inalterable. En definitiva, cuando los occidentales hablan de los “misterios de Oriente”, es muy probable que con ello se refieran a esa calma algo inquietante que genera la sombra cuando posee esta cualidad».



(TANIZAKI, Junichirō. El elogio de la sombra. Madrid: Siruela, 2010, p. 49).

28 jul 2024

Ahora que todo vuelve

Mujer soñando la evasión (1945), de Joan Miró

Ahora que todo vuelve: el silencio y la espera,
las palabras que hemos guardado en lugar seguro
todo este julio de viento y nostalgia.
Ahora que todo vuelve: la tibieza del cuerpo
aquietado y dócil bajo las manos amantes
y aquel perderse en las tardes tranquilas,
bosque adentro, por el tapiz crujiente de hojas de pino,
¿no es su valor este esfuerzo cálido y el quererse
con certeza a solas, la dura
voluntad de permanecer, presente y ausente a la vez,
sin pensar que el tiempo es un vacío sin límites?

21 ene 2024

Días en blanco

Luna en el bosque, de Li-Shu Chen
Estos días me levanto con los abedules
y me aparto el cabello triguero de la frente
ante un espejo de hielo.

Mezclada con mi aliento
se corta la leche.
Tan de madrugada espumea con facilidad.
Y donde empaño los cristales con mi aliento
aparece, dibujado con dedo infantil,
de nuevo tu nombre: ¡inocencia!
Tras tanto tiempo.

13 dic 2023

Como llenarte soledad sino contigo misma

Paisaje de otoño al anochecer (1885)
de Vincent van Gogh
«Encuentro saludable el estar solo la mayor parte del tiempo. La compañía, aun la mejor, cansa y pronto es una pérdida de tiempo. Me encanta estar solo. Jamás di con compañía más acompañadora que la soledad. La más de las veces solemos estar más solos los hombres que cuando nos encerramos en nuestro cuarto. El hombre que piensa o trabaja está siempre solo, doquiera se encuentre. La soledad no se mide por la distancia que media entre una persona y otra. El estudiante verdaderamente diligente es tan solitario en una de las pobladas colmenas de Cambridge College como el derviche en medio del desierto.

15 oct 2023

Una luz

Esta luz cobre, la que más me ayuda
en tareas de amor y sosiego,
me saca fuerzas de flaqueza. Este
beneficio que de vicioso aliento
hace rezo, cariño de lascivia,
y alza de la ceniza llama, y da
a la sal alianza; estos minutos
que protegen, montan y ensamblan treinta
años, poniendo en ellos sombra y mimo,
perseverancia y humildad y agudo
sacrificio, esta gracia, esta hermosura,
esta tortura que me da en la cara,
luz tan mía, tan fiel siempre y tan poco
duradera, por la que sé que soy
sencillo de reseña, por la que ahora
vivo sin andamiajes, sin programas,
sin repertorios. A esta luz yo quiero,
de tan cárdena, cobre. Luz que toma
cuerpo en mí, tiempo en mí, luz que es mi vida
porque me da la vida: lo que pido
para mi amor y para mi sosiego.



(RODRÍGUEZ, Claudio. Poesía completa (1953-1991). Barcelona: Tusquets, 2001, p. 201).

2 jun 2023

Sintonías

Una canción de primavera (1913), de
John William Waterhouse
«Y con el primer poema, la conciencia clara de su nacer como ritmo, un ritmo tan íntimo como el latido del corazón, trasunto del que alberga todo lo vivo: el árbol, los animales, los astros…; un ritmo que expresa el secreto del propio ser, como el claro canto de la oropéndola o el reclamo de los ciervos; un ritmo que puede hacerse melodía».



(JANÉS, Clara. La voz de Ofelia. Madrid: Siruela, 2005, p. 62).

24 dic 2022

A esos cuatro amigos

La vara con que mido lo que os quiero
me la ha prestado el sol,
gente mía de andarnos por las cumbres
con lo puesto y sin más, mis cuatro amigos
capaces de mirarme, de decirme
lo que se callan otros, de callarse
lo que otros me dirían,
y de pasar por alto, finalmente,
lo que dije y dijeron, para entrarnos
en madrugada juntos, en faena
de hombres, de alegría.



(GALLEGO, Vicente. Saber de grillos. Madrid: Visor Libros, 2015, p. 50).

23 feb 2017

Nueve meditaciones

«El arte de la meditación es una manera de ponerse en contacto con la realidad. Y la razón para meditar es que la mayoría de las personas civilizadas han perdido el contacto con la realidad. Confunden el mundo tal y como es con el mundo tal como ellos lo piensan, tal como hablan de él y lo describen. Porque por una parte está el mundo real y por otra hay todo un sistema de símbolos –referentes a ese mundo– que llevamos en nuestra mente. Son símbolos muy, muy útiles; toda la civilización depende de ellos. Pero, como todas las cosas buenas, tienen sus desventajas, y la principal desventaja de los símbolos es que los confundimos con la realidad, de la misma manera que confundimos el dinero con la auténtica riqueza y nuestro nombre, la idea y la imagen que tenemos de nosotros mismos, con nosotros».


(WATTS, Alan. Nueve meditaciones. Barcelona: Kairós, 1981, p. 29).

27 jul 2016

Meditación creadora

«Cuando abro mis ojos hacia el mundo externo, me siento como una gota en el mar, pero cuando cierro mis ojos y miro dentro, veo a todo el universo como una burbuja en el océano de mi corazón».


(ANAGARIKA GOVINDA, Lama. Meditación creadora y consciencia multidimensional. Buenos Aires: Kier, 1987, p. 68).

17 jul 2016

Si...

«Si puedes mantener la calma cuando todos a tu alrededor
pierden la suya y te culpan por ello;
Si puedes confiar en ti mismo cuando todos los hombres
dudan de ti, pero permitirles también dudar;
Si puedes esperar y no cansarte de esperar,
O siendo calumniado no intervenir en las mentiras,
O siendo odiado, no dar lugar al odio,
Y no parecer demasiado bueno, ni demasiado sabio.

30 sept 2015

Días tranquilos

No son sólo los del amor feliz,
Ni los de la riqueza, ni los de la edad madura llena de
honores, ni los de las victorias de la política o de la guerra;
Mas, cuando declina la vida y se apaciguan todas las pasiones
            turbulentas,
Cuando se cubre el cielo de la tarde de colores vistosos, etéreos,
            silenciosos,
Cuando se nos inunda el cuerpo de dulzura, plenitud, sosiego,
            como de un aire refrescante y balsámico,
Cuando los días se visten de una luz más suave, y la manzana
            pende al fin del árbol, lograda, indolente, madura,
¡Entonces los días son fecundos, apacibles, los más felices
            de todos!
¡Los días tranquilos de la dulce meditación y de la dicha!


(WHITMAN, Walt. Hojas de hierba. Barcelona: Tesys,1986, p. 656-657).