El Vltava atravesado por el Karlův most (Puente de Carlos). Al otro lado del río, el
barrio de la Malá Strana, y al fondo en lo alto, Hradčany (el Castillo de Praga). |
«Regresé a la
ciudad por el puente de Carlos, pero no arrojé la moneda al Vltava, cuyas aguas
centelleaban por efectos de la luz de los fanales encendidos. Anochecía y el
paisaje se transformaba sumergiendo la ciudad en la sombra y el silencio. De
noche, la Staré Město
es lúgubre y desvalida. Me volví de
cara al Hradčany, que estaba iluminado en bloque como en las grandes ocasiones.
La iluminación emergía desde los jardines que rodean el vasto recinto.