31 oct 2020

Durante el paseo

Sueño,  de Li-Shu Chen
«El Boulevard de la Mer ya estaba iluminado. Era mucho más tarde que de costumbre, una hora al menos. El niño cantó una última vez la sonatina, luego se cansó de ella. Las calles estaban casi desiertas. La gente cenaba ya. Cuando, después del último muelle, el Boulevard de la Mer se perfiló en toda su longitud habitual, Anne Desbaresdes se detuvo.
–Estoy demasiada cansada –dijo.
–Pero tengo hambre –lloriqueó el niño.
Vio que los ojos de aquella mujer, su madre, brillaban. Ya no se quejó de nada más.
–¿Por qué lloras?
–Puede ocurrir a veces, por nada.
–No querría.
–Amor mío, ya está, se acabó, al menos creo.
Él olvidó, se puso a correr hacia delante, volvió sobre sus pasos, se entretuvo con la noche a la que no estaba acostumbrado.
–Por la noche, quedan lejos las casas –dijo».

 
(DURAS, Marguerite. Moderato cantabile. Madrid: Unidad Editorial, D.L. 1999, p. 74).



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