Sueño, de Li-Shu
Chen |
«El Boulevard de la Mer ya estaba iluminado. Era mucho
más tarde que de costumbre, una hora al menos. El niño cantó una última vez la
sonatina, luego se cansó de ella. Las calles estaban casi desiertas. La gente
cenaba ya. Cuando, después del último muelle, el Boulevard de la Mer se perfiló
en toda su longitud habitual, Anne Desbaresdes se detuvo.
–Estoy demasiada cansada –dijo.
Vio que los ojos de aquella mujer, su madre, brillaban.
Ya no se quejó de nada más.
–¿Por qué lloras?
–Puede ocurrir a veces, por nada.
–No querría.
–Amor mío, ya está, se acabó, al menos creo.
Él olvidó, se puso a correr hacia delante, volvió sobre
sus pasos, se entretuvo con la noche a la que no estaba acostumbrado.
–Por la noche, quedan lejos las casas –dijo».
(DURAS, Marguerite. Moderato
cantabile. Madrid: Unidad Editorial, D.L. 1999,
p. 74).
No hay comentarios:
Publicar un comentario