Campo con amapolas (1890), de Vincent van Gogh
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«Por los caminos voy, como el burrito de San
Fernando, un poquito a pie y otro poquito andando.
A veces me reconozco en los demás. Me
reconozco en los que quedarán, en los amigos abrigos, locos lindos de la
justicia y bichos voladores de la belleza y demás vagos y mal entretenidos que
andan por ahí y por ahí seguirán, como seguirán las estrellas de la noche y las
olas de la mar. Entonces, cuando me reconozco en ellos, yo soy aire aprendiendo
a saberme continuado en el viento.
Me
parece que fue Vallejo, César Vallejo, quien dijo que a veces el viento cambia
de aire.
Cuando yo ya no esté, el viento estará,
seguirá estando».
(GALEANO, Eduardo. El
libro de los abrazos. 34ª reimp. Madrid: Siglo
XXI de España, 2015, p. 257).