Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
Contemplada por mis oídos olida por mis ojos acariciada por mi olfato oída por mi lengua comida por mi tacto habitar tu nombre caer en tu grito contigo...
(PAZ, Octavio. Delta de cinco brazos. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 1998, p. 54-55).