Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
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13 sept 2023
4 may 2022
Ngong: al suroeste cerca de Nairobi, en el sur de Kenia
«Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong. El ecuador atravesaba aquellas tierras a un centenar de millas al norte, y la granja se asentaba a una altura de unos seis mil pies. Durante el día te sentías a una gran altitud, cerca del sol, las primeras horas de la mañana y las tardes eran límpidas y sosegadas y las noches frías».
(DINESEN, Isak. Memorias de África. Madrid: Alfaguara, 1994, p. 19).
11 jun 2021
Msabu
«Farah
entró a mi servicio en Aden, en 1913, antes de la Primera Guerra Mundial. Por
espacio de casi dieciocho años se cuidó de mi casa, mis cuadras y mis safaris.
Hablaba con Farah tanto de mis preocupaciones como de mis éxitos, y no había
cosa que yo hiciera o pensara de la que él no estuviera al corriente. Cuando
tuve que dejar la granja y abandonar África, Farah vino a Mombasa para decirme
adiós. Mientras veía su inmóvil silueta oscura en el muelle hacerse cada vez
más pequeña hasta por fin desaparecer, sentí como si estuviera perdiendo una
parte de mí misma, como si me estuvieran cortando la mano derecha y a partir de
aquel momento no pudiera ya montar a caballo, disparar un rifle o escribir…».
(DINESEN,
Isak. Sombras en la hierba.
Madrid: Alfaguara, 1986, p. 15-16).
16 oct 2015
La belleza de la dificultad
Los momentos difíciles me han ayudado a
comprender mejor que antes, cuán
infinitamente rica y hermosa
es la vida en todos los
sentidos, y que tantas cosas
de las que uno va preocupándose no tienen importancia alguna.
19 ene 2014
Isak Dinesen
«Ella hubiera preferido hacer
cualquier cosa en la vida antes que ser escritora. Eso es en todo caso lo que
afirmaba la joven Karen Christentze Dinesen, cuyo padre era miembro de la
nobleza territorial y la madre de una familia de comerciantes al por mayor de
Copenhague, y enumeraba sus preferencias: “viajar, bailar, vivir, ser libre
para pintar cuadros”. En aquel momento, había publicado ya bajo el pseudónimo
de “Osceola” algunos relatos en los que se encuentra también esta frase: “Todo
ser humano tiene el derecho a determinar libremente su destino,
independientemente de las leyes que otros hayan establecido...”. El compromiso
matrimonial con el barón Bror Frederik de Blixen-Finecke le brindó la
oportunidad de escapar de la “existencia infinitamente insípida” de una joven
rica, hacia el mundo umbrío y sugestivo de los kikuyu, los masai y los somalíes
del que era entonces protectorado británico de África oriental.