Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
Mostrando entradas con la etiqueta Poesía. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Poesía. Mostrar todas las entradas
21 mar 2024
27 feb 2024
Dialogando
Estos poemas los desencadenaste tú
como se desencadena el viento,
sin saber hacia dónde ni por qué.
Son dones del azar o del destino,
que a veces
la soledad arremolina o barre;
nada más que palabras que se encuentran
que se atraen y se juntan
irremediablemente,
y hacen un ruido melodioso o triste,
lo mismo que dos cuerpos que se aman.
como se desencadena el viento,
sin saber hacia dónde ni por qué.
Son dones del azar o del destino,
que a veces
la soledad arremolina o barre;
nada más que palabras que se encuentran
que se atraen y se juntan
irremediablemente,
y hacen un ruido melodioso o triste,
lo mismo que dos cuerpos que se aman.
(GONZÁLEZ, Ángel. El otoño y otras luces. Barcelona: Tusquets, 2001, p. 27).
2 jun 2023
Sintonías
Una canción de primavera (1913), de John William Waterhouse |
(JANÉS, Clara. La voz de Ofelia. Madrid: Siruela, 2005, p. 62).
29 sept 2022
27 abr 2021
La casa de las palabras
Librería Ateneo Grand Splendid (Buenos Aires,
Argentina)
|
«A la casa de las palabras, soñó Helena Villagra,
acudían los poetas. Las palabras, guardadas en viejos frascos de cristal,
esperaban a los poetas y se les ofrecían, locas de ganas de ser elegidas: ellas
rogaban a los poetas que las miraran, que las olieran, que las tocaran, que las
lamieran. Los poetas abrían los frascos, probaban palabras con el dedo y
entonces relamían o fruncían la nariz. Los poetas andaban en busca de palabras
que no conocían, y también buscaban palabras que conocían y habían perdido.
21 mar 2021
21 mar 2020
¡Oh, mi yo! ¡Oh, vida!
El despertar de Adonis (1899), de John William Waterhouse |
¡Oh, mi yo! ¡Oh, vida!, de sus preguntas que
vuelven.
Del desfile interminable de los desleales, de las
ciudades llenas
de
necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre (pues, ¿quién
es más
necio
que yo, ni más desleal?),
De los ojos que en vano ansían la luz, de los
objetos despreciables,
de
la lucha siempre renovada,
De los malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y
sórdidas
que me rodean,
31 mar 2019
Las ambiciones de la traducción
«No hay traducciones.
Pain no es bread; la palabra francesa es cálida,
con cierta resonancia de hambre y gleba. Home
no es Heim; la palabra alemana
porta ecos de refugio, de asilo, de hospicio, y aun así proyecta su sombra en
la contundente excitación de Heimat,
Heimatland, el templo de la conciencia nacional, el hogar de la exaltación
política. El inglés no tiene un equivalente exacto.
21 mar 2019
Decir: hacer
Poesía (1879), de Lawrence Alma-Tadema
|
Entre
lo que veo y digo,
entre lo que digo y callo,
entre lo que callo y sueño,
entre lo que sueño y olvido,
la poesía.
Se desliza
entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
entre lo que digo y callo,
entre lo que callo y sueño,
entre lo que sueño y olvido,
la poesía.
Se desliza
entre el sí y el no:
dice
lo que callo,
calla
lo que digo,
sueña
lo que olvido.
No es un decir:
es un hacer.
Es un hacer
que es un decir.
La poesía
se dice y se oye:
es real.
Y apenas digo
es real,
se disipa.
¿Así es más real?
(PAZ,
Octavio. Árbol adentro. 2ª ed.
Barcelona: Seix Barral, 1990, p. 11-12).
30 jun 2018
21 mar 2018
Poesía con nombres
9 feb 2018
21 mar 2017
Confesión
El poeta favorito (1888), de Lawrence Alma-Tadema
|
El poema, el que anhelo,
al que aspiro,
es el que pueda leerse en voz
alta sin que nada se oiga.
Es ese imposible el que
comienzo cada vez,
es desde esa quimera
que escribo y borro.
(MUJICA, Hugo. Y siempre después
del viento. Madrid: Visor, 2011, p. 13).
26 ene 2017
2 oct 2016
30 abr 2016
Palabras enlazadas
A mitad del poema me sobrecoge siempre un gran
desamparo,
todo me abandona,
no hay nadie a mi lado, ni siquiera esos ojos que
desde
atrás contemplan lo que escribo
no hay atrás ni adelante, la pluma se rebela, no
hay
comienzo ni fin, tampoco hay un muro que
saltar,
es una explanada desierta el poema, lo dicho no
está
dicho, lo no dicho es indecible,
torres, terrazas devastadas, babilonias, un mar de
sal
negra, un reino ciego,