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15 mar 2024

Las ovejas y los lobos

Separación (1900), de Edvard Munch
«Eran los perros los que, como de costumbre, hacían centinela, guardando las ovejas y defendiéndolas de la voracidad de los lobos, y conociendo éstos que no les era posible atacarlas, inventaron el siguiente medio. Enviaron mensajeros a las ovejas diciendo que querían estar en paz con ellas con tal que para mutua seguridad entregasen en rehenes, ellas a los perros y ellos a los lobeznos, sus hijos.

24 dic 2022

A esos cuatro amigos

La vara con que mido lo que os quiero
me la ha prestado el sol,
gente mía de andarnos por las cumbres
con lo puesto y sin más, mis cuatro amigos
capaces de mirarme, de decirme
lo que se callan otros, de callarse
lo que otros me dirían,
y de pasar por alto, finalmente,
lo que dije y dijeron, para entrarnos
en madrugada juntos, en faena
de hombres, de alegría.



(GALLEGO, Vicente. Saber de grillos. Madrid: Visor Libros, 2015, p. 50).

1 sept 2017

Celebración de la desconfianza


Entre la esperanza y el miedo  (1876)de Lawrence Alma-Tadema
«El primer día de clase, el profesor trajo un frasco enorme:
   Esto está lleno de perfume –dijo a Miguel Brun y a los demás alumnos–. Quiero medir la percepción de cada uno de ustedes. A medida que vayan sintiendo el olor, levanten la mano.
   Y destapó el frasco. Al ratito nomás, ya había dos manos levantadas. Y luego cinco, diez, treinta, todas las manos levantadas.
¿Me permite abrir la ventana, profesor? –suplicó una alumna, mareada de tanto olor a perfume, y varias voces le hicieron eco.

17 jul 2016

Si...

«Si puedes mantener la calma cuando todos a tu alrededor
pierden la suya y te culpan por ello;
Si puedes confiar en ti mismo cuando todos los hombres
dudan de ti, pero permitirles también dudar;
Si puedes esperar y no cansarte de esperar,
O siendo calumniado no intervenir en las mentiras,
O siendo odiado, no dar lugar al odio,
Y no parecer demasiado bueno, ni demasiado sabio.

28 ago 2014

El león y la zorra

Fratellini (1927), de Joan Miró
«Deseando el león matar diversos animales para alimentarse de su carne se fingió enfermo, y con este engaño entraban muchos en su cueva y los devoraba. Llegó asimismo la zorra, pero temiendo al león, le dijo desde fuera que sentía mucho su enfermedad.
            - ¿Por qué no entras? –le preguntó el león–. Desconfías acaso de mí, cuando estoy tan débil que apenas puedo menearme? No temas, pues, entra sin recelo.
            - No lo haré seguramente –respondió la astuta zorra–, porque veo huellas de los que han entrado, pero no las veo de que hayan salido».

No debemos fiar ciegamente en lo que nos dicen; ni creer todas las palabras, según quien sea el que las pronuncie.


(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 25-26).