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15 jun 2020

Hay que proseguir el camino

El sembrador (1888),  de Vincent van Gogh
«Mi experiencia me enseñó, por lo menos, que si uno avanza confiado en la elección de sus sueños y se esfuerza por vivir la vida que ha imaginado, tropezará con el éxito menos esperado en su vida corriente. Dejará atrás un gran número de cosas, atravesará una frontera invisible; leyes nuevas, universales y más abiertas empezarán a establecerse dentro y alrededor de su persona; o se ampliarán las viejas, cuya interpretación le favorecerá con más largueza; vivirá en una libertad propia de un orden de seres más elevado. A medida que simplifique su vida, las leyes del universo se le revelarán menos complejas, la soledad dejará de ser soledad; la pobreza, pobreza; la debilidad, debilidad. Si has levantado castillos en el aire, tu trabajo no tiene por qué ser vano; ahí es donde debieran estar. Ponles ahora tus cimientos».

(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 396).

21 mar 2020

¡Oh, mi yo! ¡Oh, vida!

El despertar de Adonis (1899),  de John William Waterhouse
¡Oh, mi yo! ¡Oh, vida!, de sus preguntas que vuelven.
Del desfile interminable de los desleales, de las ciudades llenas
            de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre (pues, ¿quién es más
            necio que yo, ni más desleal?),
De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos despreciables,
            de la lucha siempre renovada,
De los malos resultados de todo, de las multitudes afanosas y
            sórdidas que me rodean,

14 mar 2020

Motivo para una partida

«Dejé los bosques por una razón tan buena como la que me llevó a ellos. Quizá porque me parecía que tenía varias vidas más que vivir y que no podía seguir prodigando mi tiempo en aquélla. Choca y sorprende con qué facilidad e inconsciencia proseguimos una particular ruta, haciéndonos de ella un camino trillado. No habría vivido allá una semana cuando mis pies habían hecho ya un camino desde mi puerta a la ribera; y aunque hace ya cinco o seis años desde que lo recorriera, me resulta claramente aún familiar.

10 feb 2020

Gloria, fortuna o ambición


Cupido (1905),  de Edvard Munch
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube de luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo, que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería al fin aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

30 ene 2020

Tipos de personas

«Hay personas que “pasan” por la vida, que “gastan su biografía de puntillas, sin ver y sin ser vistas, escondiéndose de los ojos tanto ajenos como propios. Son esas personas que nunca están aunque las tengamos al lado. Y luego están aquellas que incluso en silencio están diciendo, y aún en la aparente lejanía rezuman vida, como arteria infinita desde la que se distribuye la sangre que hará y será futuro. Su grandeza lo es por cuanto, sin renunciar a la imperfección, a lo que cambia, a lo insignificante que nos constituye y nos construye como humanos, realizan en su carne la transmutación de toda apariencia: viven intensamente; en ellas razón y poesía se conjugan».


(SANTIAGO BOLAÑOS, María Fernanda. Introducción. EN: ZAMBRANO, María. Cartas inéditas (a Gregorio del Campo). Ourense: Linteo, 2012, p. 29).

31 dic 2019

Presente, pasado y futuro

Regreso, de Karen Hollingsworth


El pasado, tan breve, revive en el presente,
Con luz de dioses su presente ilumina el futuro.
Todo, todo ha de ser como su sueño le presagia.

                       
(CERNUDA, Luis. Música cautiva: (antología poética). Sevilla: Ayuntamiento : Diputación : Fundación El Monte, 2002, p. 219).

22 nov 2018

Pregón de fiestas



Otoño en Murnau (1908), de Wassily Kandinsky
La difícil tarea de estar vivos es semejante al ruido que las ramas
hacen en cada otoño,
cuando
amenazan doradas que va siendo
ya el tiempo de caer,
y se atusan el cuerpo con un débil
coraje, y se demoran
largamente en su herida,
poseídas por el oro germinal
de los últimos frutos.
Entonces vuelve la memoria,
la tensa luz que gime por la altura,
el origen del viento que derrama
a su paso a quien queda
pendiente de ese hilo ya aferrado
a la condena del invierno.

4 sept 2018

Algunos principios vitales


A garden (1869),  de Albert Joseph Moore
«Por mediocre que sea vuestra vida, hacedle frente y vividla; no la esquivéis ni la denostéis. No es tan mala como vosotros mismos. Parece tanto más pobre cuanto mayor es vuestra riqueza. El buscador de defectos los halla incluso en el paraíso. Amad vuestra vida, por pobre que sea. Es posible vivir unas horas amables, emocionantes y gloriosas hasta en un asilo. El sol que se pone se refleja con igual esplendor en las ventanas del hospicio que en las del rico, y la nieve se funde frente a ambas puertas, llegada la primavera. No veo por qué una mente serena no ha de poder hallar tanta satisfacción y gozar de pensamientos tan estimulantes allí como en un palacio. A menudo nos parece que son los pobres del pueblo quienes viven de la manera más independiente, quizá porque son lo suficientemente nobles para recibir sin escrúpulos. En su mayoría piensan que se hallan por encima de ser mantenidos por el pueblo; pero ocurre con frecuencia que no se sienten por encima de automantenerse por medios ilícitos, lo cual debiera ser menos decoroso. Cuidad la pobreza como una hierba, como salvia. No os intereséis demasiado por adquirir cosas nuevas, sea vestidos o amigos. Remozad los gastados; volved a los viejos. Las cosas no cambian; somos nosotros los que cambiamos. Vended vuestras ropas y conservad vuestras ideas».


(THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 401).

16 may 2018

El itinerario de ser persona


Mujer en tres etapas  (1894),  de Edvard Munch
«¿No sería la idea más perfecta, más equilibrada, aquella hecha por el juego de las tres edades? Y ¿no sería el hombre, o el grupo de hombres especialmente dotados para dirigirla quienes supieran integrar en su actuación los tres modos de actuar: el del ensimismamiento del niño, el de la acometividad del joven y esa serenidad, ese poder de regulación del hombre maduro dado a la justicia, capaz de neutralizar las demasías de la historia?

24 nov 2017

De la brevedad de la vida

«No hay quien pueda restituirte los años, y ninguno te restituirá a ti mismo, la edad proseguirá el camino que comenzó, sin volver atrás ni detenerse; no hará ruido ni te advertirá de su velocidad; pasará con silencio, no se prorrogará por mandado de los reyes ni por el favor del pueblo; correrá desde el primer día como se le ordenó; en ninguna parte tomará posada ni se detendrá. ¿Qué se seguirá de esto? Que mientras tú estás ocupado, huye aprisa la vida, llegando la muerte, para la cual, quieras o no, es forzoso desocuparte [...] En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y futuro. De éstos, el presente es vivísimo, el futuro dudoso, el pasado cierto». 


(SÉNECA, Lucio Anneo. Tratados filosóficos; Cartas. 8ª ed. México: Porrúa, 2003, p. 126-127).

12 sept 2017

El camino de la vida


Cascada Seljalandsfoss - Islandia
«Ciertamente que a todos los hombres no se les ha exigido lo mismo por el Destino, o por las circunstancias; realizar las mismas o análogas azañas [sic], atravesar los mismos territorios, ni padecer los mismos infortunios, ni alcanzar las mismas glorias. Ni las circunstancias de lugar y tiempo tan dadas a la variación. Mas a todos les es exigido recorrer el camino de la vida. Y que un día se le haga estensible [sic], y entonces sentirse por lo menos perplejo. Mas, se dirá, ¿no está ahí acaso la tradición esa que corre en toda cultura digna de tal nombre?

29 jul 2017

Vida

Un pájaro de papel en el pecho
dice que el tiempo de los besos no ha llegado;
vivir, vivir, el sol cruje invisible,
besos o pájaros, tarde o pronto o nunca.
Para morir basta un ruidillo,
el de otro corazón callarse,
o ese regazo ajeno que en la tierra
es un navío dorado para los pelos rubios.
Cabeza dolorida, sienes de oro, sol que va a ponerse;

aquí en la sombra sueño con un río,
juncos de verde sangre que ahora nace,
sueño apoyado en ti calor o vida.


(ALEIXANDRE, Vicente. Espadas como labios; La destrucción o el amor. Madrid: Castalia, 1993, p. 140).

4 jun 2017

Represéntase la brevedad de lo que se vive y cuán nada parece lo que se vivió


Danza de la vida  (1900),  de Edvard Munch
«'¡Ah de la vida!' ... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.

   Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será, y un es cansado.

   En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto».

(QUEVEDO, Francisco de. Poemas escogidos. 3ª ed. Madrid: Castalia, 1986, p. 52).