6 nov 2020

Silencio


SILENCIO. Silencio.
La creación y el cielo...
–¡Qué copulativa
esa y de enmedio!–
Dios me ha dado un mundo.
Pero, ¿cómo? Hecho.
Pero, ¿cuándo? Ahora.
Pero, ¿qué? Silencio.
Silencio. Preguntó:
¡habla!... Nada: ¡viento!
un va-y-ven de frío
sobre cerca y lejos.


Pero ¿tu elocuencia
no es más que silencio,
Dios de lo creado?
Tiemblo. Peno. Espero.
De repente –¡luces!–
caigo, pablo, ciego.
¡Señor, callaré!
Calla en todo tiempo.
No te justifiques,
no digas tu verbo.
Cuando te pregunten
pilatos pequeños
que ¿qué es la verdad?
calla verdadero.
¿Para qué palabras?
Bastan los ejemplos.
¿Para qué tus causas,
tus porqués, tus peros,
tus cómos y cuándos,
mundo, si ya tengo
toda la verdad
en todo el objeto?
Silencio. ¡Que hable!
Idioma pleno,
¡oh silencio! Alma
de las cosas, cuerpos.
¡Oh pentecostés
de lenguas de fuego!
¿Pregunto?... Respondes
mi Dios, en silencio.


(HERNÁNDEZ, Miguel. Obra poética completa. Madrid: Zero, 1979 , p. 165-166).

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