Amor y Psyche
(1907), de Edvard
Munch
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«En aquellos
años sólo viví para ti. Compré todos tus libros; cada vez que tu nombre
aparecía en los periódicos era un día de fiesta para mí. ¿Puedes creer que me
sé de memoria cada línea de tus libros de tantas veces como los he leído? Si
alguien me despertara por la noche y me empezara a recitar un fragmento, aún
ahora, después de trece años, podría continuarlo en sueños. Cada palabra tuya
era para mí como el evangelio y el padrenuestro. Todo el mundo existía
únicamente en relación a ti: buscaba los conciertos y los estrenos en los
periódicos vieneses sólo pensando en cuáles te podrían haber interesado y así
acompañarte desde la lejanía: ahora entra en la sala, ahora se sienta. Lo soñé
mil veces por haberte visto un día en un concierto».
(ZWEIG, Stefan. Carta de una desconocida. 15ª ed. Barcelona:
Acantilado, 2002, p. 27-28).
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