24 oct 2019

Anatomía de un universo llamado Biblioteca

   «El universo (que otros llaman la Biblioteca) se compone de un número indefinido, y tal vez infinito, de galerías hexagonales, con vastos pozos de ventilación en el medio, cercados por barandas bajísimas. Desde cualquier hexágono, se ven los pisos inferiores y superiores: interminablemente. La distribución de las galerías es invariable. Veinte anaqueles, a cinco largos anaqueles por lado, cubren todos los lados menos dos; su altura, que es la de los pisos, excede apenas la de un bibliotecario normal. Una de las caras libres da a un angosto zaguán, que desemboca en otra galería, idéntica a la primera y a todas.

19 oct 2019

Paleta de colores

Aprovechemos el otoño
antes de que el invierno nos escombre
enfrentemos a codazos en la franja del sol
y admiremos a los pájaros que emigran

ahora que calienta el corazón
aunque sea de a ratos y de a poco
pensemos y sintamos todavía
con el viejo cariño que nos queda
aprovechemos el otoño
antes de que el futuro se congele
y no haya sitio para la belleza
porque el futuro se nos vuelve escarcha.

(Mario Benedetti)




14 oct 2019

El viento y el alma

Miranda  (1916),  de John William Waterhouse
Con tal vehemencia el viento
Viene del mar, que sus sones
Elementales contagian
El silencio de la noche.

Solo en tu cama le escuchas
Insistente en los cristales
Tocar, llorando y llamando
Como perdido sin nadie.

Mas no es él quien era desvelo
Te tiene, sino otra fuerza
De que tu cuerpo es hoy cárcel,
Fue viento libre, y recuerda.

           
(CERNUDA, Luis. Música cautiva: (antología poética). Sevilla: Ayuntamiento : Diputación : Fundación El Monte, 2002, p. 160-161).

6 oct 2019

En el trasfondo de la imprenta-librería

Estudio para el lenguaje de las verticales (1911), 
de František Kupka
   «El joven dio las gracias: aquel lugar, para instruirse, valía tanto como la escuela de Greenwich. Elie le enseñó todo aquello. La imprenta estaba situada en un patio cerrado por la parte que daba a la calle; se oía el murmullo de una fuente. Vio la sala en donde estaban las prensas manuales y el cuarto de los linotipistas, inclinados sobre sus cajas; el almacén, lleno de montones de papel, y la sala de ventas y embalajes, donde ponían los volúmenes, oliendo aún a tinta fresca, antes de ser enviados  a Alemania, a Inglaterra e incluso a Francia y a Italia. En la pared habían colgado una lista con el nombre de las obras prohibidas en aquellos distintos países, cuyo envío hubiera dado lugar a confiscaciones y pérdidas. Las más valiosas ediciones, que eran el orgullo de Elie, encuadernadas en vitela o en badana, tapizaban una estrecha sala de visitas, flanqueadas por unos cuantos desgastados volúmenes de genealogía y de historia, así como  por diccionarios y compendios donde los correctores, en caso de duda, se suponía consultaban un nombre propio, una palabra insólita o un giro inusitado.

3 oct 2019

Haiku otoñal

Lluvia en estanque Shinobazu, de Hasui Kawase 


Principio del otoño
Cuáles de las gotas serán de rocío
y cuáles de lluvia.


Ueshima Onitsura

(del libro 'Palabras de luz')

30 sept 2019

Y aquí está el otoño...

Paisaje de otoño (1885),  de Vincent van Gogh
El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.



Ángel González


28 sept 2019

Un templo llamado hombre

El arte de la pintura  (c.a. 1666-1668),  
de Johannes Vermeer
«Todo hombre es constructor de un templo, que es su cuerpo, para el Dios al que adora; el estilo es propio, y no es martilleando el mármol como habrá de cumplir. Todos somos escultores y pintores, y el material de que hacemos uso es nuestra propia carne, nuestra sangre y nuestros huesos. La menor nobleza refina ya los rasgos del hombre; la bajeza y la sensualidad los embrutecen».

THOREAU, Henry David. Walden o la vida en los bosques. Barcelona: Juventud, 2010, p. 275-276).

20 sept 2019

El bibliótafo

     «Para alcanzar un alto grado de placer en la formación de una biblioteca hay que viajar. El bibliótafo viajaba regularmente en busca de ejemplares. Su teoría era que el coleccionista debe ir al libro, no esperar a que el libro venga a él. Ningún cazador que se precie, decía, querría que le trajeran un ciervo vivo a su jardín para matarlo. La mitad del placer está en seguir a la presa hasta su escondite.