29 oct 2011

Filosófico es el preguntar, poético el hallazgo

Recuerdo de un poema (1940), de Joan Miró
   «No se encuentra el hombre entero en la filosofía; no se encuentra la totalidad de lo humano en la poesía. En la poesía encontramos directamente al hombre concreto, individual. En la filosofía al hombre en su historia universal, en su querer ser. La poesía es encuentro, don, hallazgo por gracia. La filosofía busca, requerimiento guiado por un método».


(ZAMBRANO, María. Filosofía y poesía. 4ª ed. México: Fondo de Cultura Económica, 1996, p. 96).

   El libro Filosofía y poesía es una reflexión sobre la conciliación de estas dos necesidades humanas irrenunciables y aparentemente contradictorias.

   La autora malagueña esclarece un origen común de la filosofía y la poesía, ubicándolas en una postura afin: la fascinación ante lo real, el “pasmo extático” ante las cosas. Después, cada una toma senderos discordantes. La poesía queda anclada en la materialidad de las cosas y sólo encuentra la verdad a partir de la revelación. La filosofía se desprende del plano de la realidad para dar con la verdad y la trascendencia.

   «Poesía es reintegración, reconciliación, abrazo que cierra en unidad al ser humano con el ensueño de donde saliera, borrando las distancias».

(Ibidem, p. 96).

   En este ensayo escrito en su exilio mexicano en 1939, también aborda con discernimiento la relación entre el pensamiento filosófico y la poesía  en el transcurso de la historia cultural de Occidente, ofreciendo en su lectura un encuentro de sus palabras con las de otros autores destacados del pensamiento occidental – Platón, Leibniz, Hegel, Heidegger – y de la poesía - San Juan de la Cruz, Valéry – entre otros.  

  Asimismo, Zambrano medita las relaciones de la poesía con otras disciplinas como la ética, además del lazo que abraza a la poesía con la mística.

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