10 may 2012

Primer pregón


   «Eran tres pregones.
  
   Uno cuando llegaba la primavera, alta ya la tarde, abiertos los balcones, hacia los cuales la brisa traía un aroma áspero, duro y agudo, que casi cosquilleaba la nariz. Pasaban gentes: mujeres vestidas de telas ligeras y claras; hombres, unos con traje de negra alpaca o hilo amarillento, y otros con chaqueta de dril desteñido y al brazo el canastillo, ya vacío, del almuerzo, de vuelta del trabajo.

7 may 2012

Su corazón de primavera


La chica del tulipán (1), de Li-Shu Chen
   «He bajado al jardín con la primera luz de la mañana. La fina humedad del rocío refresca mis plantas, y los párpados se distienden bajo la dulzura del aire primaveral. Veo los rosales en flor, la nevada enredadera, la negra raya movediza de las hormigas y el limonero cargado de frutos de oro. Pero pienso: ¡por fuera tenéis oro y por dentro sois ácidos. El corazón de él no es así: es dulce y bello por dentro y por fuera».


(STORNI, Alfonsina. Poemas de amor. 3ª ed. Madrid: Hiperión, 2003, p. 54). 

3 may 2012

Del leer y del escribir


Spher Spirals (1958)de M.C. Escher
   «La lectura, por otra parte, alimenta el espíritu y le permite descansar del verdadero estudio. No es bueno limitarse a escribir, como no es conveniente contentarse con leer; lo primero cansa y agota las fuerzas; lo segundo las disuelve y diluye. Es preciso que ambos ejercicios alternen combinados, sirviendo de correctivo el uno al otro. Lo que de la lectura ha recogido, se utiliza en la composición. Debemos imitar en esto a las abejas, que solamente chupan de las flores a propósito para formar la miel.

27 abr 2012

El libro: ser viviente


   «El libro de por sí es un ser viviente dotado de alma, de vibración, de peso, número, sonido.  Su presencia se acusa ya antes de verle entrar, llama a la puerta, simplemente, de una casa donde haya libros leídos; no libros encargados para adornar o amueblar las paredes, sino libros leídos, pensados, vividos.

23 abr 2012

Hoy quiero hacerte un regalo de amor

Regalar un libro a quien no lee, con la tibia intención de que lo lea, implica más conocimiento sobre esa persona, que si le ofrezco cualquier otro presente.

   A diferencia de  una prenda o un perfume, que pueden ser cambiados, otra vez regalados o aceptados refunfuñando, un libro para quien no lo anhela, puede resultar un agravio y la subsiguiente evasiva despectiva repleta de astillas lanzadas para generar la culpa: “si sabe que no leo”.

21 abr 2012

Del poco dormir y del mucho leer

   «En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio; y así, del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro de manera, que vino a perder el juicio. Llenósele la fantasía de todo aquello que leía en los libros, así de encantamentos como de pendencias, batallas, desafíos, heridas, requiebros, amores, tormentas y disparates imposibles; y aséntosele de tal modo en la imaginación que era verdad toda aquella máquina de aquellas soñadas invenciones que leía, que para él no había otra historia más cierta en el mundo».


(CERVANTES, Miguel de.  El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Parte I. Barcelona: Círculo de Lectores, 1982, p. 65).


19 abr 2012

Un minilibro que te invita a ser feliz


Nota: No olvides tener encendido el sonido.
Doporučení: Nezapomenej zapnout zvuk.
Note: Don't forget switch on the sound.