17 abr 2012

Todo está en los libros... y en los besos


El beso (1891)de Lawrence Alma-Tadema
   «Para la especie humana los labios, la boca y la nariz son muy importantes, y en consonancia tienen una parte muy grande del cerebro ocupándose de ellos. No en vano por los labios entra y se va la vida. Por ellos pasan las canciones de cuna y las mentiras, el beso apasionado y las tiernas caricias. Besar es mucho más que tocar con los labios, más que un instinto básico; es un comportamiento natural muy cultivado, que integra genética y aprendizaje, crianza y erótica, biología y cinematografía. Parafraseando el famoso “todo está en los libros”, podríamos asegurar que “todo está en los besos”».


(GÁNDARA MÁRTIN, Jesús de la. El planeta de los besos. 2ª ed. Barcelona: Euromedice, 2008, p. 23).

14 abr 2012

Aquel 14 de abril

   «Fue tan hermoso como inesperado; salió el día en estado naciente; es decir, nació. Solamente por eso, aunque hubiera nacido otra cosa –hermosa, se entiende–, también ella tendría un inmenso valor (...)
   Pasaban guardias civiles llevados a hombros por el pueblo, por las gentes del pueblo de Madrid, y ellos eran felices. Los rateros se declararon en huelga; no hubo un solo hurto, por pequeño que fuera. Las personas entraban en los bares, donde pedían y pagaban; nadie intentó tomarse ni siquiera un café sin pagar (...)
   Creo yo que era la caridad del día. Pero si esa caridad del día se dio precisamente el 14 de abril, y si lo que nació de ese día naciente fue la República, no puede ser por azar.

8 abr 2012

La vida me aclaró los libros


Busto del Emperador Adriano
   «Como todo el mundo sabe, sólo tengo a mi servicio tres medios para evaluar la existencia humana: el estudio de mí mismo, que es el más difícil y peligroso, pero también el más fecundo de los métodos, la observación de los hombres, que logran casi siempre ocultarnos sus secretos o hacernos creer que los tienen; y los libros, con los errores particulares de perspectiva que nacen entre sus líneas. He leído casi todo lo que han escrito nuestros historiadores, nuestros poetas y aún nuestros narradores, aunque se acuse a estos últimos de frivolidad; quizá les debo más informaciones de las que pude recoger en las muy variadas situaciones de mi propia vida. La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana, un poco como las grandes actitudes inmóviles de las estatuas me enseñaron a apreciar los gestos. En cambio, y posteriormente, la vida me aclaró los libros».



(YOURCENAR, Marguerite. Memorias de Adriano. 1ª ed., 21ª reimp. Barcelona: Edhasa, 1991, p. 23).

5 abr 2012

Medio pan y un libro

Niños leyendo libros del Servicio de Biblioteca
de las Misiones Pedagógicas, hacia 1932.
 
   «Cuando alguien va al teatro, a un concierto o a una fiesta de cualquier índole que sea, si la fiesta es de su agrado, recuerda inmediatamente y lamenta que las personas que él quiere no se encuentren allí. ‘Lo que le gustaría esto a mi hermana, a mi padre’, piensa, y no goza ya del espectáculo sino a través de una leve melancolía. Ésta es la melancolía que yo siento, no por la gente de mi casa, que sería pequeño y ruin, sino por todas las criaturas que por falta de medios y por desgracia suya no gozan del supremo bien de la belleza que es vida y es bondad y es serenidad y es pasión.

1 abr 2012

¡Bienvenido Abril!


«Las generaciones de lectores gastan y ennoblecen los libros igual que el tiempo las estatuas: y hay, en correspondencia, algunos libros que modifican las miradas de los hombres y los hacen más lúcidos y más libres».
                               
Antonio Muñoz Molina   
            

28 mar 2012

Sueños inciertos

Borobudur, de Li-Shu Chen
   «Los Ch’in capturaron a una hija del emperador de Ai. Los primeros días de cautiverio la muchacha empapó su vestido con lágrimas; más tarde, cuando la llevaron al palacio del príncipe y vivió en la riqueza se arrepintió de su llanto. ¿Cómo saber si los muertos se arrepienten ahora de la codicia con que se aferraron a la vida?
   Un hombre sueña que concurre a un banquete y se despierta para llorar y penar...

21 mar 2012

Ver claro

Toda la poesía es luminosa, hasta
la más oscura.
El lector es quien a veces
en lugar de sol, dentro tiene niebla.
Y la niebla nunca deja ver claro.
Si regresa
una y otra vez
y otra vez
a esas sílabas encendidas
le cegará tanta claridad.
Bendito sea quien llegue.


(ANDRADE, Eugénio de. Los surcos de la sed. Madrid: Calambur, 2001, p. 9). 


Hoy es el Día Mundial de la Poesía. En 1999 la UNESCO estableció la necesidad de rendir homenaje a la palabra poética y desde entonces, cada 21 de marzo, coincidiendo con la llegada de la primavera, la poesía está de fiesta.