«Habiendo leído en los periódicos todo
aquello, el famoso Sidney Hall, detective americano, se hundió en sus
pensamientos y tomó la decisión de intentar él mismo ver sí conseguía atrapar
al mago. Se disfrazó, pues, de millonario, se metió un revólver en el bolsillo
y marchó a Europa.
Cuando llegó aquí, se presentó de
inmediato al jefe superior de policía. Éste le expuso todos los aspectos del
asunto, cómo habían perseguido al mago y terminó con estas palabras:
– En consecuencia, ahora es del todo imposible llevar a ese malvado ante
la justicia.
Sidney Hall sonrió:
– Antes de cuarenta días se lo traeré detenido.
– Imposible –exclamó el jefe superior de policía.
– Apostemos una cesta de peras –respondió Sidney Hall. Y es que Sidney
Hall adoraba las peras e igualmente adoraba las apuestas».
(ČAPEK, Karel.
Nueve cuentos y uno de propina de Josef Čapek. Madrid: Siruela, 2003, p. 35).