«Habiendo leído en los periódicos todo
aquello, el famoso Sidney Hall, detective americano, se hundió en sus
pensamientos y tomó la decisión de intentar él mismo ver sí conseguía atrapar
al mago. Se disfrazó, pues, de millonario, se metió un revólver en el bolsillo
y marchó a Europa.
Cuando llegó aquí, se presentó de
inmediato al jefe superior de policía. Éste le expuso todos los aspectos del
asunto, cómo habían perseguido al mago y terminó con estas palabras:
– En consecuencia, ahora es del todo imposible llevar a ese malvado ante
la justicia.
Sidney Hall sonrió:
– Antes de cuarenta días se lo traeré detenido.
– Imposible –exclamó el jefe superior de policía.
– Apostemos una cesta de peras –respondió Sidney Hall. Y es que Sidney
Hall adoraba las peras e igualmente adoraba las apuestas».
(ČAPEK, Karel.
Nueve cuentos y uno de propina de Josef Čapek. Madrid: Siruela, 2003, p. 35).
¿Cómo saben los duendes carteros el valor de
las cartas con las que juegan sus partidas? ¿Por qué cada día el gato Jura se
escapa del palacio y Vasek tiene que llevarlo de nuevo? ¿Quién enseñó a volar a
los pájaros? ¿Conseguirá el detective Sidney Hall ganar la apuesta?...
Éstos y otros interrogantes podrás descifrarlos leyendo estos Nueve cuentos, en los
que Karel Čapek –pronúnciese
Chapek- combina humor y fantasía con una
trascendente percepción del sentir humano. La acción de la mayoría de las
narraciones se desenvuelve en pueblos y ciudades checos y sus protagonistas no son
príncipes azules ni seres fantásticos, sino animales y personas que expresan
valores esenciales como la honestidad y la amistad. Čapek no se limita a
escribir simplemente unos cuentos más o menos divertidos para los niños; detrás
de cada relato se esconde un guiño al lector adulto y una sátira amable del
mundo de hoy. Su vivaz lenguaje y elocuente imaginación los hacen idóneos para ser
leídos en voz alta en la hora del cuentacuentos.
Čapek (1890-1938) es uno de los escritores
checos más destacados del siglo XX. Hijo de un médico rural, estudió filosofía
en Praga, Berlín y París. Novelista, dramaturgo, dibujante, periodista, filósofo
y traductor, alcanzó gran popularidad en el periodo de entreguerras, cuando la
antigua Checoslovaquia se hizo independiente.
De sus obras, los dramas R.U.R. (sigla de Rossum’s Universals Robots)
-en la que acuñó la palabra ‘robot’, hoy universalmente admitida- y El juego de los insectos cosecharon un contundente
éxito y le valieron el reconocimiento internacional. Sus tramas alertan sobre
los peligros que acechan a una sociedad mecanizada, obsesionada por la
producción y el consumo.
Entre sus novelas, cabe destacar La
fábrica de absoluto, Krakatit y La guerra de las salamandras. Repletas
de ingenio y humor (ese socarrón humor que caracteriza a los checos) son un
fiel reflejo de las inquietudes que le provocaron los acontecimientos
históricos que le tocó vivir -la Primera Guerra Mundial y la amenaza nazi- y el
pujante desarrollo tecnológico al servicio de la explotación y el exterminio.
Cultivó con gran maestría los cuentos, como este
libro que aquí os presento y Apócrifos
en donde nos ofrece una mirada irónica y desendiosada de algunos personajes
históricos como Atila, Jesús de Nazareth, Don Juan, Hamlet y Napoleón.
En dos ocasiones obtuvo el Premio Nacional
de Literatura de su país: en 1934 con la novela Meteoro y en 1937 con Enfermedad
Blanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario