Ventanas de noche (1928), de Edward Hopper |
a desnudarse el alma,
a recogerse en sí mientras se cierran
los ojos, y con ellos
la ensoñación del tiempo y el espacio,
helo aquí que no fuimos
ni vinimos, que el día de mañana
vendrá para dejarnos, al pasar,
de nuevo en ningún sitio,
hela aquí
la quietud
resplandeciendo.
(GALLEGO, Vicente. Saber de grillos. Madrid: Visor Libros, 2015, p. 76).