19 nov 2012

Como el viento


Discos de Newton (1912),  de František Kupka
Como el viento a lo largo de la noche, 
amor en pena o cuerpo solitario,
toca en vano a los vidrios,
sollozando abandona las esquinas;
                                                 
o como a veces marcha en la tormenta
gritando locamente
con angustia de insomnio,
mientras gira la lluvia delicada;

11 nov 2012

La estrella de Valdštejn

Albrecht von Wallenstein
   «El viaje empezó a resultarle largo.
   Tras un cuarto de hora, Waldstein se dio cuenta con asombro de que ya no avanzaban sobre las piedras de las calles de Praga, sino por una carretera reblandecida por la lluvia, a campo traviesa. El hombre que se hallaba sentado a su lado sin pronunciar palabra abrió entonces una de las ventanas del coche. Notó la fresca brisa otoñal y percibió el olor a tierra mojada. De un bosque cercano les llegó el susurro del viento y el grito de una lechuza. Parecía que se acercaban a una aldea o a una hacienda, pues se oía el ladrido de unos perros y el mugir de las vacas. Era una aldea. Al pasar oyeron una melodía procedente de un mesón, un violín y una gaita.

2 nov 2012

Biografía, Poesía y Destino


   La persistencia de la memoria (1931),  de Salvador Dalí
El poeta cuenta su vida primero a los hombres; después,
cuando los hombres se duermen, a los pájaros;
más tarde, cuando los pájaros se van, se la cuenta a los
árboles...
Luego pasa el Viento y hay un murmullo de frondas.
Todo lo cual se puede traducir también de esta manera:
Lo que cuento a los hombres está lleno de orgullo;
lo que cuento a los pájaros, de música;
lo que cuento a los árboles, de llanto.

30 oct 2012

Quehaceres


El sueño del poeta  (1859-60)de Paul Cézanne
«El poeta es el que escucha su propio interior, ahonda en el pozo de lo secreto, se hunde en la noche del ser –abocado a la muerte– y, entregado al silencio, abraza esa incomprensible forma de aurora o resurrección que es la palabra, una palabra que con frecuencia le escapa. El poeta se mueve siempre en el terreno de lo imposible. Por ello escribió Elitis: “Nadie está obligado a interesarse por la poesía. Sin embargo, cuando se interesa por ella está obligado a “saber transportarse” a esta segunda condición, a caminar por el aire y por el agua”.

24 oct 2012

La Biblioteca Pública de Kansas City


Fachada de la Biblioteca Pública de la ciudad de Kansas (Estados Unidos)
La Biblioteca Pública es una institución clave de la ciudad norteamericana de Kansas, en el Estado de Missouri. Y su decoración exterior es un referente en el diseño de edificios bibliotecarios que invitan a acudir a ellos.

En 2004, en la remodelación de esta biblioteca, sus diseñadores tuvieron la brillante idea de decorar la fachada del aparcamiento exterior con los lomos (gigantes, por supuesto) de 22 de las obras más representativas de la literatura universal, sugeridas primero por los lectores de la misma biblioteca de Kansas City, y luego seleccionadas por el equipo de dirección de la biblioteca.

21 oct 2012

Tercer y último pregón


Otoño, de Vincent van Gogh
   «El tercer pregón era al anochecer, en otoño. El farolero había pasado ya, con su largo garfio al hombro, en cuyo extremo se agitaba como un alma la llamita azulada, encendiendo los faroles de la calle. A la luz lívida del gas brillaban las piedras mojadas por las primeras lluvias. Un balcón aquí, una puerta allá, comenzaban a iluminarse por la acera de enfrente, tan próxima en la estrecha calle. Luego se oía correr las persianas, cerrar los postigos. Tras el visillo del balcón, la frente apoyada al frío del cristal, miraba el niño la calle un momento, esperando.

14 oct 2012

Antínoo

Antínoo como Dionisos
Museo Pío-Clementino del Vaticano
   «Antínoo era griego; remonté en los recuerdos de aquella familia antigua y oscura, hasta la época de los primeros colonos arcadios a orillas de la Propóntida. Pero en aquella sangre algo acre el Asia había producido el efecto de la gota de miel que altera y perfuma un vino puro. Volvía a encontrar en él las supersticiones de un discípulo de Apolonio, el culto monárquico de un súbdito oriental del Gran Rey. Su presencia era extraordinariamente silenciosa; me siguió en la vida como un animal o como un genio familiar. De un cachorro tenía la infinita capacidad para la alegría y la indolencia, así como el salvajismo y la confianza. Aquel hermoso lebrel ávido de caricias y de órdenes se tendió sobre mi vida. Yo admiraba esa indiferencia casi altanera para todo lo que no fuese su delicia o su culto; en él reemplazaba al desinterés, a la escrupulosidad, a todas las virtudes estudiadas y austeras. Me maravillaba de su dura suavidad, de esa sombría abnegación que comprometía su entero ser.