La persistencia de la memoria (1931), de Salvador Dalí |
cuando los hombres se duermen, a los pájaros;
más tarde, cuando los pájaros se van, se la cuenta a los
árboles...
Luego pasa el Viento y hay un murmullo de frondas.
Todo lo cual se puede traducir también de esta manera:
Lo que cuento a los hombres está lleno de orgullo;
lo que cuento a los pájaros, de música;
lo que cuento a los árboles, de llanto.
Y todo es una canción compuesta para el Viento,
de la cual, después, este desmemoriado y único espectador
apenas podrá recordar unas palabras.
Pero estas palabras que recuerde son las que no olvidan
nunca las piedras.
Lo que cuenta el poeta a las piedras está lleno de
eternidad.
Y ésta es la canción del Destino, que tampoco olvidan
las estrellas.
(FELIPE, León. Antología rota. 8ª ed. Buenos Aires: Losada, 1977, p. 77).
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