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12 oct 2015

La psicología del viento



Pandora (1872), de William-Adolphe Bouguereau
   «Todas las fases del viento tienen su psicología. El viento se excita y se desanima. Grita y se queja. Pasa de la violencia a la angustia. El carácter mismo de los soplos entrecortados e inútiles puedar dar una imagen de una melancolía ansiosa muy diferente de la melancolía agobiada. Veremos dicho matiz en una página de Gabriel d’Annunzio (Contemplación de la muerte): “Y el viento era como el pesar de lo que ya no es, era como la ansiedad de las criaturas no formadas aún, cargado de recuerdos, henchido de presagios, compuesto de almas desgarradas y de alas inútiles”.
   Volveremos a encontrar las mismas impresiones de vida encarnizada y dolorosa en unos versículos que Saint-Pol Roux (La rosa y las espinas del camino) consagra al “Misterio del Viento”. En una cosmicidad excesiva, porque está mal preparada, el poeta hace nacer al viento de un sueño de la Tierra: “Cuando los deseos del porvenir o los pesares del recuerdo despiertan en cualquier parte de ese cráneo gigantesco, el Globo –el viento se levanta”.

21 jul 2015

El espejo de la aurora



La Aurora (1881), 
de William-Adolphe Bouguereau
«En la noche más cerrada y oscura del firmamento que llamamos cielo, sin que se sepa el porqué, se transforma su lisa negrura en un espejo. Ni luna ni estrellas andan en ello, y no hay que preguntarse, en este caso, por qué esta noche, de alma también, y ante todo, es el espejo, el fondo de un espejo, de una vida, de vida y de ser; espejo ni tan siquiera velado, rasgado, velo de la luz que no cesa. Y entonces palabra no hay; aunque fuera en el más hondo abismo de la tierra, en el más afligido corazón se da el espejo de la luz que no cesa. Y como no permanece, mas ha de volver, es también una aurora allí en el polo, en el centro de la oscuridad y la mudez, del silencio, del olvido del no-ser».


(ZAMBRANO, María. De la aurora. Madrid: Turner, 1986, p. 120).

22 dic 2014

El hijo


El canto de los ángeles (1881), 
de William-Adolphe Bouguereau
   «Nadie sabe cómo: Yahvé, el único dios que nunca hizo el amor, fue padre de un hijo.

   Según los evangelios, el hijo llegó al mundo cuando Herodes reinaba Galilea. Como Herodes murió cuatro años antes del comienzo de la era cristiana, Jesús ha de haber nacido por los menos cuatro antes de Cristo.

   En qué año, no se sabe. Tampoco el día, ni el mes. Jesús ya había pasado casi cuatro siglos sin cumpleaños cuando san Gregorio Nacianceno le otorgó, en el año 379, certificado de nacimiento. Jesús había nacido un 25 de diciembre. Así, la Iglesia Católica hizo suyo, una vez más, el prestigio de las idolatrías. Según la tradición pagana, ése era el día en que el sagrado sol iniciaba su camino contra la noche, a través de las tinieblas del invierno.

9 feb 2012

Fragmento sobre el amor



Amor y Psyche (1899), 
de William-Adolphe Bouguereau
   «Una de las indigencias de nuestros días es la que al amor se refiere. No es que no exista, sino que su existencia no halla lugar, acogida en la propia mente y aun en la propia alma de quien es visitado por él. En el ilimitado espacio que en apariencia la mente de hoy abre a toda la realidad, el amor tropieza con barreras infinitas. Y ha de justificarse y dar razones sin término, y ha de resignarse por fin a ser confundido con la multitud de los sentimientos, o de los instintos, si no quiere ese lugar oscuro de “la libido”, o ser tratado como una enfermedad secreta, de la que habría que liberarse. La libertad, todas las libertades no parecen hacerle servido de nada; la libertad de conciencia menos que ninguna, pues a medida que el hombre ha creído que su ser consistía en la conciencia y nada más, el amor se ha ido encontrando sin espacio vital donde alentar, como pájaro asfixiado en el vacío de una libertad negativa».


(ZAMBRANO, María. Dos fragmentos sobre el amor. Madrid: Club Internacional del Libro, 1998, p. 23).