Deja que pasen estos días,
dejan que pasen estos años
y
entretanto
agradece
el regalo de la luz
del
cielo de diciembre,
tan
discreta
que
es casi sólo transparencia,
no
ofende y es muy bella.
Deja
que pasen estos años,
son
pocos ya,
sé
paciente y espera
con
la seguridad de que con ellos
habrá
pasado
definitivamente
todo.
(GONZÁLEZ, Ángel. Nada grave. Madrid: Visor Libros, 2008,
p. 51).