18 nov 2020

Canción de otoño

Beech Forest I (1902), de Gustav Klimt
La queja sin fin
del flébil violín
otoñal
hiere el corazón
de un lánguido son
letal.
Siempre soñando
y febril cuando

suena la hora,
mi alma refleja
la vida vieja
y llora.

Y arrastra un cruento
perverso viento
a mi alma incierta
aquí y allá
igual que la
hoja muerta.

(VERLAINE, Paul. Poemas saturnianos. Madrid: Mundo Latino, 1921, p. 85-86).

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