7 abr 2019

La biblioteca


   «Cuántos libros. Hileras de libros, galerías de libros, perspectivas de libros en este vasto cementerio del pensamiento, donde ya todo es igual, y que el pensamiento muera no importa. Porque también mueren los libros, aunque nadie parezca apercibirse del olor (quizá abunda por aquí literatura francesa, con sus modas que sólo contienen muerte) exhalado por tantos volúmenes corrompiéndose lentamente en sus nichos. ¿Era esto lo que ellos, sus autores, esperaban?
   Ahí está la inmortalidad para después, en la cual se han resuelto horas amargas que fueron vida, y la soledad de entonces es idéntica a la de ahora: nada y nadie. Mas un libro debe ser cosa viva, y su lectura revelación maravillada tras la cual quien leyó ya no es el mismo, o lo es más de como antes lo era.

31 mar 2019

Las ambiciones de la traducción

«No hay traducciones.
Pain no es bread; la palabra francesa es cálida, con cierta resonancia de hambre y gleba. Home no es Heim; la palabra alemana porta ecos de refugio, de asilo, de hospicio, y aun así proyecta su sombra en la contundente excitación de Heimat, Heimatland, el templo de la conciencia nacional, el hogar de la exaltación política. El inglés no tiene un equivalente exacto.

21 mar 2019

Decir: hacer

Poesía  (1879)de Lawrence Alma-Tadema
Entre lo que veo y digo,
entre lo que digo y callo,
entre lo que callo y sueño,
entre lo que sueño y olvido,
la poesía.
            Se desliza
entre el sí y el no:
            dice
lo que callo,
            calla
lo que digo,
            sueña
lo que olvido.
            No es un decir:
es un hacer.
            Es un hacer
que es un decir.
            La poesía
se dice y se oye:
            es real.
Y apenas digo
            es real,
se disipa.
            ¿Así es más real?


(PAZ, Octavio. Árbol adentro. 2ª ed. Barcelona: Seix Barral, 1990, p. 11-12).

15 mar 2019

Moderato cantabile

Cantante melancólicode Joan Miró
«–¿Quieres leer lo que hay escrito arriba en tu partitura? –preguntó la profesora.
 –Moderato cantabile –dijo el niño.
La profesora subrayó la respuesta golpeando el teclado con el lápiz. El niño siguió inmóvil, la cabeza girada hacia su partitura.
–¿Y qué quiere decir moderato cantabile?
–No lo sé.
Una mujer, sentada a tres metros de allí, suspiró.
–¿Estás seguro de no saber qué quiere decir moderato cantabile? –insistió la profesora.
El niño no respondió. La profesora dio un grito ahogado de impotencia, golpeando de nuevo el teclado con el lápiz. Ni una pestaña del niño se movió. La profesora se giró.

1 mar 2019

Amor

Amor (1851), de William-Adolphe Bouguereau
Mi manera de amarte es sencilla:

te aprieto a mí
como si hubiera un poco de justicia en mi corazón
y yo te la pudiese dar con el cuerpo.

Cuando revuelvo tus cabellos
algo hermoso se forma entre mis manos.

Y casi no sé más. Yo sólo aspiro
a estar contigo en paz y a estar en paz
con un deber desconocido
que a veces pesa también en mi corazón.


(GAMONEDA, Antonio. Blues castellano. Barcelona: Plaza & Janés, 1999, p. 50).

22 feb 2019

Vida de estudiante

Trigonometrías,  de Li-Shu Chen

   «En una habitación de estudiante de la orilla izquierda del Sena, un hombre joven se está vistiendo para ir al baile de la Ópera. Este cuarto de techos bajos, amueblado con restos de subastas, tan limpio como puede estarlo un cuarto alquilado por meses cuando la patrona es una persona de edad secundada por una criada perezosa, constituye por sí mismo un lugar común y requiere ser descrito en términos lo más triviales posible. Encima de la chimenea, en la que se consumen unas débiles brasas, una Coronación de Carlos X de márgenes chamuscados demuestra que la hospedera es legitimista. Encima de la mesa donde se amontonan los libros de derecho del joven Michel-Charles, hay una tablilla con algunos otros libros más queridos por él: poetas latinos, el Lamartine de las Meditaciones, Hugo, desde las Orientales hasta los Cantos del Crepúsculo, pero también Auguste Barbier y Casimir Delavigne, al lado de un ejemplar muy usado de las Canciones de Beránger.

14 feb 2019

Otra ventana sobre la palabra

«La A tiene las piernas abiertas.
La M es un subibaja que va y viene entre el cielo y el infierno.
La O, círculo cerrado, te asfixia.
La R está notoriamente embarazada.
Todas las letras de la palabra AMOR son peligrosas –comprueba Romy.
Cuando las palabras salen de la boca, ellas la ve dibujadas en el aire».


(GALEANO, Eduardo.  Mujeres. Madrid: Alianza Editorial, 1995, p. 18).