Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
13 mar 2014
8 mar 2014
Mary Wollstonecraft
Retrato de Mary Wollstonecraft, de John Keenan |
«En
1791, la francesa Olympia de Gouges había ya redactado una Declaración de
los derechos de la mujer en respuesta a la Declaración de los derechos
del hombre. Acabó en la guillotina. Mary Wollstonecraft consideraba también
que la defensa de los derechos de la mujer era la puesta en práctica y la
puesta a prueba de los derechos humanos. Su escrito sedicioso anticipaba los
principales argumentos de las feministas : la discriminación de la mujer tiene
sus raíces en una socialización que, en lugar de ocuparse del desarrollo de las
facultades intelectuales, exige únicamente una buena capacidad de adaptación.
2 mar 2014
24 feb 2014
El error
Espera en la terraza del Café Novelty, de Li-Shu Chen |
«Díaz-Varela se quedó observándome muy
atentamente, con una mejilla apoyada en el puño y el codo apoyado en la mesa.
Aparté la vista, me turbaron sus ojos inmóviles, de mirada nada transparente ni
penetrante, quizá era nebulosa y envolvente o tan sólo indescifrable, suavizada
en todo caso por la miopía (probablemente llevaba lentillas), era como si esos
ojos rasgados me estuvieran diciendo: “¿Por qué no me entiendes?”, no con
impaciencia sino con lástima.
–Ese es el error –dijo al cabo de unos
segundos, sin quitarme su mirada fija de encima ni variar su postura, como si
en vez de hablar estuviera atendiendo–, un error propio de niños en el que sin
embargo incurren muchos adultos hasta el día de su muerte, como si a lo largo
de su vida entera no hubieran logrado darse cuenta de su funcionamiento y
carecieran de toda experiencia.
20 feb 2014
14 feb 2014
Si el hombre pudiera decir
El despertar de Adonis (1899), de John William
Waterhouse
|
Si el hombre pudiera decir lo que ama
si
el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
10 feb 2014
6 feb 2014
Los cuadrúpedos y las aves
«Hallándose
en continua guerra las aves y los cuadrúpedos, se dieron una sangrienta batalla
durante la cual, creyendo el murciélago que vencerían los últimos, desertó de
las aves y se pasó a los enemigos. Sucedió, sin embargo, que llegando poco
después el águila, animó de tal manera a las aves, que peleando con mayor
esfuerzo vencieron a los cuadrúpedos. Hiciéronse después las paces, y todos
condenaron al murciélago a quitarle las plumas en castigo de su perfidia,
prohibiéndole que jamás se presentase a su vista: motivo por el que este animal
sólo sale por las noches».
Quien se excusa de
acompañar a sus amigos en los días de adversidad y peligro, también será
desechado por ellos en los días de prosperidad y bienandanzas.
(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 37-38).