Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
19 dic 2017
12 dic 2017
El acto de la lectura
La lectora de novela (1888), de Vincent van Gogh
|
«Nuestro concepto de la
forma literaria está relacionado, en diversos aspectos, con lo privado. La
práctica de leer un libro para uno mismo, en silencio, es un desarrollo
histórico tardío. Implica cierto número de condiciones económicas y sociales:
habitación para uno solo (significativa frase de Virginia Woolf) o, por lo
menos, un lugar tan espacioso que permita un ámbito de tranquilidad; propiedad
privada del libro, con el derecho concominante de proteger un libro raro del
uso de los demás hombres; medios de luz artificial durante las horas de la
noche.
8 dic 2017
2 dic 2017
Pronto estará aquí el vencedor del invierno
Pronto estas ligaduras de hielo
desatarán y fundirán –
Un momento,
Y el aire, el suelo, la ola, bañados estarán de dulzura, de
Flores y de vida – mil
formas surgirán,
De esta tierra muerta y de estos hielos, como de sepulturas
Escondidas,
Tus ojos, tus oídos – todos tus nobles atributos – todo lo que goza de la belleza
natural,
Despertarán y se llenarán.
30 nov 2017
Aprendizaje lector
Book of
books, de Vladimir Kush
|
«Nathanael se encontró a gusto en casa del
maestro, pese a las bofetadas y golpes
que llovían sobre los alumnos. Pronto le encargaron que enseñase el alfabeto a
los más pequeños de sus condiscípulos, pero lo hacía muy mal, y nunca hallaba
el momento oportuno para golpear con la regla de hierro los dedos de los
chicos. No obstante, su aire de dulzura y su atención servían para que cundiese
el buen ejemplo entre los muchachos de su edad. Por la tarde, cuando ya se
habían marchado los colegiales, el maestro le permitía leer: en verano,
mientras había luz, en el jardín, y en invierno, al resplandor de la lumbre, en
la cocina.
29 nov 2017
24 nov 2017
De la brevedad de la vida
«No hay quien pueda restituirte los años, y ninguno te
restituirá a ti mismo, la edad proseguirá el camino que comenzó, sin volver
atrás ni detenerse; no hará ruido ni te advertirá de su velocidad; pasará con
silencio, no se prorrogará por mandado de los reyes ni por el favor del pueblo;
correrá desde el primer día como se le ordenó; en ninguna parte tomará posada
ni se detendrá. ¿Qué se seguirá de esto? Que mientras tú estás ocupado, huye
aprisa la vida, llegando la muerte, para la cual, quieras o no, es forzoso
desocuparte [...] En tres tiempos se divide la vida: en presente, pasado y
futuro. De éstos, el presente es vivísimo, el futuro dudoso, el pasado cierto».
(SÉNECA, Lucio Anneo. Tratados filosóficos; Cartas. 8ª ed. México: Porrúa, 2003, p. 126-127).
(SÉNECA, Lucio Anneo. Tratados filosóficos; Cartas. 8ª ed. México: Porrúa, 2003, p. 126-127).
20 nov 2017
11 nov 2017
La pregunta universal es: ¿cuánto vales?
«El
lucro es el dios que al mismo tiempo aplasta a las almas como obleas idénticas
y las enfrenta unas contra otras con ferocidad de bestias. El signo estampado
sobre cada cuerpo y cada alma es el precio. La pregunta universal es ¿cuánto
vales? Las leyes del mercado se aplican lo mismo a la propaganda política que a
la literatura, a la predicación religiosa que a la pornografía, a la belleza
corporal que a las obras de arte. Las almas y los cuerpos, los libros y las
ideas, los cuadros y las canciones se han convertido en mercancías. La libertad
y la educación para todos, en contra de lo que creían los hombres de la
Ilustración, no han llevado a los hombres a frecuentar a Platón o a Cervantes
sino a la lectura de los comics y los best-sellers.
6 nov 2017
El otoño
Farmhouse
with birch trees (1903), de
Gustav Klimt
|
La atmósfera del verano, densa hasta
entonces, se aligeraba y adquiría una acuidad a través de la cual los sonidos
eran casi dolorosos, punzando la carne como la espina de una flor. Caían las
primeras lluvias a mediados de septiembre, anunciándolas el trueno y el súbito
nublarse del cielo, con un chocar acerado de aguas libres contra prisiones de
cristal. La voz de la madre decía: "Que descorran la vela", y tras
aquel quejido agudo (semejante al de las golondrinas cuando revolaban por el
cielo azul sobre el patio), que levantaba el toldo al plegarse en los alambres
de donde colgaba, la lluvia entraba dentro de la casa, moviendo ligera sus pies
de plata con rumor rítmico sobre las losas de mármol.