Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
2 mar 2015
28 feb 2015
La mirada
se va
por otros derroteros,
escapa
de los iris y se aleja
dejándome
vacía, sin paisaje.
Yo sé
que necesita otras esquinas,
otras
alturas desde dónde otear;
que
las cuencas de mis ojos
le
resultan estrechas, limitadas.
Y por
eso se lanza,
con avidez de luna,
a un
camino sin márgenes ni trazos.
25 feb 2015
17 feb 2015
Božena Němcová
«[...] Fue su marido quien introdujo
a Božena, quien hablaba solamente
alemán en casa, en los círculos patrióticos checos; de modo que ella, que se
convirtió después de su muerte en un verdadero mito nacional, comenzó a leer en
checo y a aprender la ortografía y la gramática relativamente tarde.
La
bella Božena se inició en el oficio de escritora bajo la influencia del joven
poeta Václav Bolemír Nebeský. Él no fue su único amante, como le confesó a su
marido en una carta de sorprendente franqueza. Sus relaciones, sin embargo, no
le aportaron más que decepción y cólera: “He buscado vanamente un amor parecido
al que experimentaba yo misma. Quería un hombre al que hubiera podido venerar,
(...) pero en los hombres encontré sólo déspotas groseros, sólo señores (...).
La amargura y la porfía se anidaron en mi corazón.
10 feb 2015
Lo que el invierno ofrece
«Cuando
el suelo queda parcialmente libre de nieve y su superficie se ha secado algo
por efecto de los días tibios, me era grato buscar las primeras señales del
tiempo nuevo que atisbaban apenas al exterior entre la majestuosa belleza de la
vegetación ya marchita que logró resistir el invierno: siemprevivas, olidagos,
junquillos y las graciosas gramíneas salvajes, más visibles y a menudo más
graciosas que en verano, como si su belleza no madurase hasta entonces; igual
ocurre con la planta del algodón, la espadaña, el verbasco, la candelaria, el
corazoncillo, la espirea y otras plantas de tallo duro, graneros inagotables
que alimentan a los primeros pájaros recién llegados, plantas discretas como
velo de viuda para la naturaleza invernal.
6 feb 2015
Signos e indicios del Destino
Belleza abstracta (1), de Li-Shu Chen
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El destino, al igual que todo lo humano,
no se manifiesta en abstracto, sino que se encarna en alguna circunstancia, en
un pequeño lugar, en una cara amada, o en un nacimiento pobrísimo en los
confines de un imperio.
31 ene 2015
25 ene 2015
Una amistad verdadera
El abrazo (1903), de Pablo Picasso
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«La
amistad se basa en la esperanza y también en una desnudez de espíritu en la que
hallamos quietud y descanso. Cuando nada se codicia del otro, la amistad
alcanza su completa madurez y desarrollo. Es una idea expresada a lo largo de
los siglos en las grandes obras del pensamiento universal. Esta gama de
amistades forma un crisol de diversidades. Quiero alejarme de los oropeles y
los fuegos artificiales que consisten en exaltar la amistad de forma acrítica,
como algo maravilloso, que funciona sin más. No quiero seguir ese sendero, una
especie de feria de vanidades, conocer a mucha gente y codearse con ella, pero
todo epidérmico, superficial, liviano. Nos quedamos en la cáscara de la
relación humana. Eso no es amistad, eso es conocer gente, tratarse con ella...
O es un grado muy elemental, que se sitúa en la falda de lo que debemos
entender por una amistad verdadera. En ella hay intimidad, uno se
arriesga, cuenta su vida, abre su corazón y deja que el otro se adentre por los
pasadizos de la vida privada y conozca lo que allí hay, existe, se mueve,
circula...».
(ROJAS, Enrique. Amistad: adiós a la soledad. Madrid:
Temas de hoy, 2009, p. 27-28).
17 ene 2015
De la forma más simple
Es sólo el inicio. Después duele
y se le da nombre.
A veces lo llaman pasión. Que puede
ocurrir de la forma más simple:
unas gotas de lluvia en el cabello.
Acercas la mano, los dedos
empiezan a arder inesperadamente
retrocedes de miedo. Aquellos cabellos,
sus gotas de agua son el inicio,
sólo el inicio. Antes
del final deberás tomar el fuego
y hacer del invierno
la más ardiente de las estaciones.
(ANDRADE, Eugénio de. Los surcos de la sed. Madrid: Calambur, 2001, p. 31).