28 feb 2015

La mirada

En la cuna de Afrodita (1908)de Lawrence Alma-Tadema
A veces pierdo la mirada:
se va por otros derroteros,
escapa de los iris y se aleja
dejándome vacía, sin paisaje.

Yo sé que necesita otras esquinas,
otras alturas desde dónde otear;
que las cuencas de mis ojos
le resultan estrechas, limitadas.

Y por eso se lanza,
            con avidez de luna,
a un camino sin márgenes ni trazos.

Y cuando regresa
            -porque siempre vuelve-,
se desliza y se posa con paciencia,
me cuenta susurrando el recorrido:
dice de cielos nuevos con sus nubes,
trozos de sol, sonrisas, pieles, llantos,
heridas en el agua, sonidos de sirenas,
y alguna voz grabada que ilustra con un rostro.

Y yo quedo asombrada
de saberme tan corta, tan pequeña;
de no poder ser tiempo, sólo olvido,
de estar pisando tierra, no ser hoja.

Y todos los sentidos se me agolpan:
la mirada que ha vuelto los reúne,
los alienta con brillos y con olas;
entonces yo despierto del letargo,
abro los ojos, cierro los miedos
y salgo en busca de paisajes.



Neposkná Dinesen

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