«Fui a los bosques porque quería vivir con
un propósito; para hacer frente sólo a los hechos esenciales de la vida, por
ver si era capaz de aprender lo que aquélla tuviera por enseñar, y no por
descubrir, cuando llegase mi hora, que no había siquiera vivido. No deseaba
vivir lo que no es vida, ¡es tan caro el vivir!, ni practicar la resignación, a
menos que fuera absolutamente necesario.
Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
1 may 2013
25 abr 2013
Escrutinio libresco
Vrindaban (1965), de Octavio Paz
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–No –dijo la sobrina–; no hay qué perdonar a
ninguno porque todos han sido los dañadores; mejor será arrojadlos por las
ventanas al patio y hacer un rimero dellos, y pegarles fuego; y si no,
llevarlos al corral, y allí se hará la hoguera, y no ofenderá el humo.
23 abr 2013
22 abr 2013
14 abr 2013
A las tres de la tarde de aquel 14 de abril
«El tranvía bajaba desde el Hipódromo bordeando el río de asfalto a la
una de la tarde. Apenas algunas personas caminaban con el paso del que va a
cumplir un encargo en silencio; no había grupos en los andenes y los cafés de
Recoletos y la calle de Alcalá aparecían desiertos; el asfalto como un espejo
reflejaba un cielo claro de primavera [...]. Siguió así el ambiente de la
ciudad todo ese mediodía. Mas, a la una de la tarde la ciudad salió de su
retiro; ya la calle de Alcalá iba llenándose de gentes que se juntaban en
pequeños grupos, iban y volvían, revoloteaban, miraban a un lado y a otro, a
ver si alguien llegaba, o si hacía su aparición.
8 abr 2013
Las aguas de abril
¡Abril
las aguas mil las aguas llueve!
Fiel
de un reflejo intemporal, el agua
Cruzó
en la luz de un cielo sin espacio;
Entró
en Abril de Abriles mil desnuda,
y al
cielo limpio, Abril los cielos mil,
sus
lunas va clavando en altas noches
que,
en nubes mil, el cielo le devuelve
deshecho
en flor –en nubes mil– de lluvia.
3 abr 2013
Amigo y enemigo
«Recuerdo
los primeros libros, pocos, que compré cuando era estudiante. Los coloqué en
una pequeña repisa y todos los días me acercaba a mirarlos con ilusión. Me
sentía orgulloso de poseer mis propios libros. Paulatinamente la repisa se fue
llenando de volúmenes y tuve que comprar un pequeño mueble librería. Pronto
fueron dos, después tres, finalmente diez. A pesar de ello, ideé un sistema que
me permitía encontrar cualquier libro con los ojos cerrados. Más tarde me vi
obligado a deshacerme de los muebles librería y a instalar un montón de
estanterías que ocupaban tres de las cuatro paredes de mi estudio. Tuve que
cambiar el sistema, y desde entonces pierdo a menudo horas enteras buscando un
libro que sé con certeza que poseo. O está mal colocado, o (y esto es lo más
frecuente) alguien me lo ha robado.
30 mar 2013
El pequeño seísmo
Lirios (1889), de Vincent van Gogh
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Ocurre un pequeño seísmo
cuando dices mi nombre.
Me elevas a la altura de tu boca
lentamente
para no deshojarme.
Tiemblo como si tuviera
quince años y toda la tierra
fuera leve.
¡Oh, inefable primavera!
(ANDRADE, Eugénio de. Los surcos de la sed. Madrid: Calambur, 2001, p. 29).
25 mar 2013
21 mar 2013
El origen de la primera palabra de un verso
Artes, Poesía (1898), de Alfons Mucha
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