«No
hay cosa que tanto deleite el ánimo como la dulce y fiel amistad, siendo gran
bien estar dispuestos los pechos para que con seguridad se deposite cualquier
secreto en aquél cuya conciencia temas menos que la tuya, cuya conversación
mitigue tus cuidados, cuyo parecer aclare tus dudas, cuya alegría destierre tu
tristeza, y finalmente, cuya presencia deleite tu vista».
(SÉNECA, Lucio Anneo. Tratados filosóficos; Cartas. 8ª
ed. México: Porrúa, 2003, p. 175-176).