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14 ene 2016

Tu riqueza y la mía



Sembrador con la puesta de sol  (1888)
de Vincent van Gogh
«En la sala de audiencia del mundo la simple hoja de hierba se sienta en el mismo tapiz con el rayo de sol y las estrellas de la medianoche.
   Así mis canciones ocupan sus asientos en el corazón del mundo con la música de las nubes y los bosques.
   Pero tú, hombre rico, tu riqueza no participa en la sencilla grandeza del alegre oro del sol y en el suave resplandor de la luna pensativa.
   La bendición del cielo que todo lo abarca no se extiende hasta ti.
   Y cuando aparece la muerte, esa riqueza palidece y se marchita y se resuelve en polvo».


(TAGORE, Rabindranaz. El jardinero. Madrid: Edaf, 2001, p. 155).



25 sept 2013

El brillo de las estrellas

La noche estrellada  (1889),  de Vincent van Gogh
«John Farmer estaba sentado a la puerta de su casa una tarde de septiembre, tras una dura jornada de trabajo, repasando en su espíritu, más o menos, la labor cumplida. Después de haberse dado un baño, fue a sentarse en paz para recrear su persona intelectual. Era un atardecer frío, y algunos de sus vecinos expresaron sus temores de una helada inminente. Poco llevaba dejándose conducir por el tren de sus pensamientos cuando oyó que alguien estaba tocando la flauta, sonido que tan bien armonizaba con su talante del momento.

15 may 2013

Flor desde tu ausencia...


Ramas con flor de almendro (1890),  
de Vincent van Gogh
Una querencia tengo por tu acento,
una apetencia por tu compañía
y una dolencia de melancolía
por la ausencia del aire de tu viento.

Paciencia necesita mi tormento,
urgencia de tu garza galanía,
tu clemencia solar mi helado día,
tu asistencia la herida en que lo cuento.

¡Ay querencia, dolencia y apetencia!:
sus sustanciales besos, mi sustento,
me faltan y me muero sobre mayo.

Quiero que vengas, flor desde tu ausencia,
a serenar la sien del pensamiento
que desahoga en mí su eterno rayo. 


(HERNÁNDEZ, Miguel. El rayo que no cesa. 9ª ed. Madrid: Espasa-Calpe, 1978 , p. 37-38).