21 jun 2022

Paraíso en la infancia

Cuentos de la selva (1895),  de James Jebusa Shannon 
«Tú, que lees este libro, has vivido durante algunos años en un mundo oral. Desde tus balbuceos con lengua de trapo hasta que aprendiste a leer, las palabras solo existían en la voz. Encontrabas por todas partes los dibujos mudos de las letras, pero no significaban nada para ti. Los adultos que controlaban el mundo, ellos sí, leían y escribían. Tú no entendías bien qué era eso, ni te importaba demasiado porque no entendías bien qué era eso, ni te importaba demasiado porque te bastaba hablar. Los primeros relatos de tu vida entraron por las caracolas de tus orejas; tus ojos aún no sabían escuchar. Luego llegó el colegio: los palotes, los redondeles, las letras, las sílabas. En ti se ha cumplido a pequeña escala el mismo tránsito que hizo la humanidad desde la oralidad a la escritura.

Mi madre me leía libros todas las noches, sentada en la orilla de mi cama. Ella la rapsoda; yo, su público fascinado. El lugar, la hora, los gestos y los silencios eran siempre los mismos, nuestra íntima liturgia. Mientras sus ojos buscaban el lugar donde había abandonado la lectura y luego retrocedían unas frases atrás para recuperar el hilo de la historia, la suave brisa del relato se llevaba todas las preocupaciones del día y los miedos intuidos de la noche. Aquel tiempo de lectura me parecía un paraíso pequeño y provisional –después he aprendido que todos los paraísos son así, humildes y transitorios–».


(VALLEJO, Irene. El infinito en un junco: la invención de los libros en el mundo antiguo. 11ª ed. Madrid: Siruela, 2020, p. 98-99).

8 jun 2022

Su belleza

Venus saliendo del baño (1822) de Raphaelle Peale
Venus saliendo del baño (1822), de Raphaelle Peale 
«Su belleza, por cierto, se encuentra aún en crecimiento, madame, decía y no era un simple cumplido».

 

(RILKE, Rainer Maria. Los cuadernos de Malte Laurids Brigge. Buenos Aires: Corregidor, 1977, p. 136).

27 may 2022

De amanecida

 

Amanecer en el bosque
Amanecer en el bosque.


No le apena al rocío lo que llores:
él sabe que tu llanto es su frescura,
tu noche su alborada.



(GALLEGO, Vicente. Saber de grillos. Madrid: Visor Libros, 2015, p. 35).

20 may 2022

De la lectura

El mundo de Sofía,
de Quint Buchholz
«Estar en todas partes es no ir a ninguna parte. Cuando se pasa la vida de un lado a otro se hacen muchos conocidos y ningún amigo. Lo mismo que en los viajes sucede en la lectura; se lee de prisa y corriendo cuando todo se lee sin detenerse en ningún autor. Alimento que se recibe con tal precipitación, ni nutre ni aprovecha. Nada más contrario a una buena curación que el cambiar a menudo de remedios. Una herida no se cicatriza cuando se le aplican de continio distintos aparatos. El árbol que se trasplanta a menudo no adquiere vigor. Nada es tan saludable que pueda serlo de cualquier modo. Leer demasiados libros distrae, pero no enseña. Y ya que no pueden leerse todos, mejor es contentarse con leer algunos».


(SÉNECA, Lucio Anneo. Tratados filosóficos; Cartas. 8ª ed. México: Porrúa, 2003, p. 194).

17 may 2022

Silencio nocturno

Camino de estrellas, de Li-Shu Chen
Noche de primavera
el silencio
De las estrellas


Spring night
the silence
of the stars



(KEROUAC, Jack. Libro de haikus. Madrid: Bartleby, 2007, p. 208-209).

10 may 2022

Diálogo

Yo escribo:
hablo contigo:
hablo conmigo.
Con palabras de agua, llama, aire y tierra
inventamos el jardín de las miradas.



(PAZ, Octavio. Delta de cinco brazos. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 1998, p. 117).

4 may 2022

Ngong: al suroeste cerca de Nairobi, en el sur de Kenia

Colinas del Ngong, al suroeste cerca de Nairobi, en el sur de Kenia.

«Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong. El ecuador atravesaba aquellas tierras a un centenar de millas al norte, y la granja se asentaba a una altura de unos seis mil pies. Durante el día te sentías a una gran altitud, cerca del sol, las primeras horas de la mañana y las tardes eran límpidas y sosegadas y las noches frías».


(DINESEN, Isak. Memorias de África. Madrid: Alfaguara, 1994, p. 19).