26 mar 2022

Otras veces

El sentimiento de la velocidad (1931), de Salvador Dalí

El sentimiento de la velocidad (1931), de Salvador Dalí

Quisiera estar en otra parte,
mejor en otra piel,
y averiguar si desde allí la vida,
por las ventanas de otros ojos,
se ve así de grotesca algunas tardes.

Me gustaría mucho conocer
el efecto abrasivo del tiempo en otras vísceras,
comprobar si el pasado
impregna los tejidos del mismo zumo acre,
si todos los recuerdos en todas las memorias
desprenden este olor
a fruta madura mustia y a jazmín podrido.

Desearía mirarme
con las pupilas duras de aquel que más me odia,
para que así el desprecio
destruya los despojos
de todo lo que nunca enterrará el olvido.


(GONZÁLEZ, Ángel. Palabra sobre palabra. Barcelona: Seix Barral, 1997, p. 238).

 

22 mar 2022

Reserva invernal a punto

Los primeros días de la primavera (1929), de Salvador Dalí
Llega la primavera
Ajá, todo ese material
De suspiros


Spring is coming
Yep, all that equipment
For sighs



(KEROUAC, Jack. Libro de haikus. Madrid: Bartleby, 2007, p. 136-137).

8 mar 2022

Enheduanna


Enheduanna (2285-2250 a C.)
«La historia de la literatura empieza de forma inesperada. El primer autor del mundo que firma un texto con su propio nombre es una mujer. Mil quinientos años antes de Homero, Enheduanna, poeta y sacerdotisa, escribió un conjunto de himnos cuyos ecos resuenan todavía en los Salmos de la Biblia. Los rubricó con orgullo. Era hija del rey Sargón I de Acad, que unificó la Mesopotamia central y meridional en un gran imperio, y tía del futuro rey Naram-Sim. Cuando los estudiosos descifraron los fragmentos de sus versos, perdidos durante milenios y recuperados solo en el siglo XX, la apodaron “la Shakespeare de la literatura sumeria”, impresionados por su escritura brillante y compleja. “Lo que he hecho nadie lo hizo antes”, escribe Enheduanna.

28 feb 2022

Ven, te acompaño

Para LEJOS, en toda su proximidad

«La palabra “acompañar” es una de las más hermosas de la lengua castellana. 

 

Aparece ya en el Cantar de Mío Cid (1140); en su etimología encierra el compartir el pan.

 

Acompañar, quizá la forma clásica de la atención, que es la virtud primera del ser humano, ligera con entrambas alas (el ser atento y el estar atento).

14 feb 2022

El más sabio de los Dioses

Muerte y vida (1916), de Gustav Klimt
Muerte y vida (1916), de Gustav Klimt
«Amor, el más sabio de los dioses... Pero el amor no era responsable de esa negligencia, de esas durezas, de esa indiferencia mezclada a la pasión como la arena al oro que arrastra un río, de esa torpe inconsciencia del hombre demasiado dichoso y que envejece. ¿Cómo había podido sentirme tan ciegamente satisfecho? Antínoo había muerto.  Lejos de haber amado con exceso, como Serviano lo estaría afirmando en ese momento en Roma, no había amado lo bastante para obligar al niño a que viviera. Chabrias, que como iniciado órfico consideraba que el suicidio era un crimen, insistía en el lado sacrificatorio de ese fin; yo mismo sentía una especie de horrible alegría cuando pensaba que aquella muerte era un don. Pero sólo yo podía medir cuánta acritud fermenta en lo hondo de la dulzura, qué desesperanza se oculta en la abnegación, cuánto odio se mezcla con el amor. Un ser insultado me arrojaba a la cara aquella prueba de devoción; un niño, temeroso de perderlo todo, había hallado el medio de atarme a él para siempre. Si había esperado protegerme mediante su sacrificio, debió pensar que yo lo amaba muy poco para no darse cuenta de que el peor de los males era el de perderlo». 
 
 
(YOURCENAR, Marguerite. Memorias de Adriano. 1ª ed., 21ª reimp. Barcelona: Edhasa, 1991, p. 165).