Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
8 mar 2018
3 mar 2018
El reportaje
«Una revista que pagaba muy bien me encargó escribir sobre un cuarto de
baño, así que me metí en el de unos amigos que se iban quince días de
vacaciones, y les pedí que cerraran por fuera hasta su regreso. Aunque llevaba
un excelente equipo de supervivencia, fue uno de los retos más duros de mi vida
profesional. Pero resultó apasionante ver qué clase de registros emocionales se
ponen en marcha, en una situación límite, frente a dentífricos con sabor a
menta, cuchillas de afeitar roñosas o compresas con alas.
Lo conté todo en ese reportaje,
incluso lo de las hormigas que a última hora de la tarde transportaban enseres
diminutos desde una rendija de la base del bidet a un agujero situado en la
parte de atrás del retrete. Algunos lectores me reprocharon que me las hubiera
comido, sin comprender que lo hice en un intento por entablar con ellas algún
tipo de trato cuando ya habían fallado todos los demás sistemas de
comunicación. Una soledad alicatada hasta el techo es durísima.
27 feb 2018
22 feb 2018
El encuentro
Adan y Eva (1909), de Edvard Munch
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«No me reconociste entonces. Y cuando dos
días más tarde tu mirada me envolvió con una cierta familiaridad al volver a
encontrarnos, no reconociste en mí a aquella niña que te había querido y a la
que habías hecho despertar, sino sólo a la hermosa joven de dieciocho años que
se había cruzado en tu camino dos días antes en ese mismo lugar. Me miraste
agradablemente sorprendido, se te escapó una leve sonrisa. Volviste a pasar de
largo pero retrocediste enseguida: yo temblaba, estaba exultante de alegría,
rogaba que me hablases.
14 feb 2018
13 feb 2018
La mal llamada "sociedad libre"
Bond of union (1956), de M.C. Escher
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9 feb 2018
3 feb 2018
Atardecer
Bosque de Allerbos (Bélgica)
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«El atardecer temprano de febrero se asomó,
cansado y huraño, a la habitación 12, con ojos de penitente enrojecidos por el
llanto. Las paredes grisáceas de la habitación parecían diluirse en la penumbra
del mismo color y la cruz de madera negra flotaba en el aire. Las camas de
hierro sólo eran visibles como contornos borrosos. La atmósfera crepuscular
gravitaba como un encantamiento sobre los niños que compartían de dos en dos
cada lecho. En algún rincón oscuro lloraba en voz baja una niña desconsolada,
otra hablaba con voz suave y cuidadosa como si estuviese junto a la cama de su
madre enferma, y una niña pequeña cerca de la ventana estaba en la almohada con
los brazos alrededor de las rodillas.
31 ene 2018
29 ene 2018
Los libros arden mal
Llamaradas, de Li-Shu Chen
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El mando apuraba la voz. Pero aquello no se
podía hacer de cualquier manera, a lo bruto. Cada trabajo requiere su ritmo, y
ninguno de nosotros recordaba haber cargado restos de libros quemados. Las
herramientas tampoco. Ellas y nosotros estábamos acostumbrados a recoger las
hojas caídas, al olor de las cenizas de otoño, que le daban a la ciudad un
aroma medicinal. Más que de humo habría que hablar de eso, de un aroma. Era una
naturaleza a la que le había llegado su tiempo. En cambio, lo que hoy ardía era
el tiempo. En eso sí que reparé. No dije nada, pero lo pensé.