En honor a Baco (1889), de Lawrence Alma-Tadema
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«Los banquetes y la bebida algo más
licenciosa y aun llegando tal vez a la raya de la embriaguez (no de modo que
nos anegue, sino que nos divierta), nos aligerarán los cuidados, sacando el
ánimo de su encerramiento; porque como el vino cura algunas enfermedades, así
también cura la tristeza.