En honor a Baco (1889), de Lawrence Alma-Tadema
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«Los banquetes y la bebida algo más
licenciosa y aun llegando tal vez a la raya de la embriaguez (no de modo que
nos anegue, sino que nos divierta), nos aligerarán los cuidados, sacando el
ánimo de su encerramiento; porque como el vino cura algunas enfermedades, así
también cura la tristeza. A Baco, inventor del vino, le llamaron Liber, no por
la libertad que da a la lengua, sino porque libra al ánimo de la servidumbre de
los cuidados, fortaleciéndole y haciéndole más vigoroso y audaz para todos los
intentos; pero como en la libertad es saludable la moderación, lo es también el
vino».
(SÉNECA, Lucio Anneo. Tratados filosóficos. 8ª ed.
México: Porrúa, 2003, p. 188).
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