Paisaje estival (1902), de Pablo Picasso
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DESPACIO,
Agosto en sus alondras, alza
–la
piel de un monte espejo ante la luz
en
vuelo al campo sobre el campo– un viento,
casi
dormido cuerpo de Levante.
Lento,
avisa un deseo a la mañana
del
campo, el trigo iluminado al verla...
Agosto
baja... El campo lo recibe...
Levante,
al verlo, Agosto se despierta
y, al
centro, al borde, afuera, en todo el círculo
del
campo, al trigo busca en él, sin límites,
cuerpo
total que a sus principios prenda.
¡Hunde
la horquilla entre sus tallos! ¡Alza
de su
pupila al iris roto! ¡En cumbres
altas,
Levantes mil clava en el cielo
que,
en cielos mil, al trigo no percibe!
(...)
(PRADOS, Emilio. Circuncisión del sueño. Valencia: Pre-textos,
1981, p. 52).
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