Ágora donde iniciar historias sobre libros, naturaleza, arte y poesía; donde hallar las palabras soñadas o queridas, sin la perspectiva del tiempo... como en una biblioteca.
27 dic 2014
22 dic 2014
El hijo
El canto de los ángeles (1881), de William-Adolphe Bouguereau
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«Nadie sabe cómo: Yahvé, el único dios que
nunca hizo el amor, fue padre de un hijo.
Según los evangelios, el hijo llegó al mundo
cuando Herodes reinaba Galilea. Como Herodes murió cuatro años antes del
comienzo de la era cristiana, Jesús ha de haber nacido por los menos cuatro
antes de Cristo.
En qué año, no se sabe. Tampoco el día, ni
el mes. Jesús ya había pasado casi cuatro siglos sin cumpleaños cuando san
Gregorio Nacianceno le otorgó, en el año 379, certificado de nacimiento. Jesús había
nacido un 25 de diciembre. Así, la Iglesia Católica hizo suyo, una vez más, el
prestigio de las idolatrías. Según la tradición pagana, ése era el día en que
el sagrado sol iniciaba su camino contra la noche, a través de las tinieblas
del invierno.
17 dic 2014
9 dic 2014
1 dic 2014
El vino y la libertad
Bacchanale (1871), de Lawrence Alma-Tadema
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«Los banquetes, y la bebida algo más
licenciosa, y aún llegando tal vez a la raya de la embriaguez (no de modo que
nos anegue, sino que nos divierta) nos aligerarán los cuidados sacando el ánimo
de su encerramiento; porque como el vino cura algunas enfermedades, así cura
también la tristeza.
28 nov 2014
23 nov 2014
Pecado de silencio
Artes, Música (1898), de Alfons Mucha
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«Es la
más grave de todas mis culpas pero, en fin, la he cometido. Pequé de silencio
ante ti y ante mí. Cuando el silencio se instala dentro de una casa, es muy
difícil hacerlo salir; cuanto más importante es una cosa, más parece que
queremos callarla. Parece como si se tratara de una materia congelada, cada vez
más dura y masiva: la vida continúa por debajo, sólo que no se la oye.
Woroïno estaba lleno de un silencio que parecía cada vez mayor y todo silencio
está hecho de palabras que no se han dicho. Quizás por eso me hice músico. Era
necesario que alguien expresara aquel silencio, que le arrebatara toda la
tristeza que contenía para hacerlo cantar. Era preciso servirse para ello, no
de las palabras, siempre demasiado precisas para no ser crueles, sino
simplemente de la música, porque la música no es indiscreta y cuando se lamenta
no dice por qué. Se necesitaba una música especial, lenta, llena de largas
reticencias y sin embargo verídica, adherida al silencio para acabar por meterse
dentro de él. Esa música ha sido la mía. Ya ves que no soy más que un
intérprete, me limito a traducir. Pero sólo traducimos nuestras emociones:
siempre hablamos de nosotros mismos».
(YOURCENAR, Marguerite. Alexis o el tratado del inútil combate. Madrid: Alfaguara, 1992, p. 38-39).
17 nov 2014
El adivino
La Sibila Délfica (1509), de Miguel Ángel
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«Decía
en la plaza un adivino la bienaventura, cuando le comunicaron que acababan de
abrir las puertas de su casa y robado cuanto había en ella. Tan pronto como lo
oyó, echó a correr hacia su morada, y al verlo uno le dijo:
-
Hombre, ¿ofreces adivinar la suerte de los demás y no has sabido adivinar la
tuya?».
Son
muchos los que no saben manejar sus propios negocios, y sin embargo se empeñan
en dar consejos y querer dirigir a los demás.
(ESOPO. Fábulas. [San Salvador?: s.n., s.a., p. 74).
13 nov 2014
Hermoso dios
Otoño en Murnau (1908), de Wassily Kandinsky
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Acaso el mar.
Tampoco. El hombre acaso.
Es el otoño.
Hermoso dios. La tierra
roja, La piedra,
roja. Acaso, un árbol
como la sangre.
Hermoso dios. La piedra
y el hombre.
Es el otoño.
Entonces. Caminábamos
hacia la cima. El
mar en letra impresa.
Corto en palabras,
pero en olas ancho.
(...)
Gallarta
Blas de Otero
(recogido
en el libro Pido la paz y la palabra.
8ª ed. Barcelona: Lumen, 2001, p. 27).
6 nov 2014
Iris
Iris y Júpiter (1701) de Michel Corneille el joven
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«...La veloz Iris, de pies veloces
como el viento, no desobedeció; y bajó de los montes ideos a la sagrada Ilión.
Como cae de las nubes la nieve o el helado granizo, a impulso del Bóreas,
nacido en el éter; tan rápida y presurosa volaba la ligera Iris...».
(HOMERO. La Ilíada. 10ª ed. Madrid: Espasa-Calpe, 1973, p. 157).
30 oct 2014
Tibia alegría
24 oct 2014
19 oct 2014
15 oct 2014
4 oct 2014
La caída imaginaria
«Si se hiciera el doble inventario de las metáforas de
la caída y de las metáforas de la ascensión, nos sorprendería el número mucho
mayor de las primeras. Incluso sin referencia a la vida moral, parece que las
metáforas de la caída tienen un realismo psicológico innegable. Desarrollan
todas una impresión psíquica que deja, en nuestro inconsciente, huellas
imborrables: el miedo a caer es un miedo primitivo. Se le encuentra de
nuevo como un componente de miedos muy variados.
28 sept 2014
22 sept 2014
18 sept 2014
La arboleda perdida
Drawing hands (1948), de M.C. Escher
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«¡Qué
lentitud la mía! Tanto o más que un poema me cuesta una simple página en prosa.
Todo me sale demasiado rítmico. Batallo porque no sea así. Corrijo, deformo una
frase para que no haga verso. La leo lentamente. Y entonces no me gusta. ¿Qué
hacer? Seguiré esta Arboleda como hasta ahora. Me perdono el delito de perderme
en sus ramas, dejando el mismo soplo musical, métrico, saltarín, que las viene
moviendo desde el primer capítulo».
(ALBERTI, Rafael. La arboleda perdida: libros I y II de memorias. 1ª ed., 6ª reimp. Barcelona: Seix Barral,
1981, p. 195).
11 sept 2014
The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore
Óscar al mejor corto de animación en 2012, es una oda a los libros, la lectura y con una biblioteca fantástica
como escenario.
3 sept 2014
La actitud del que se marcha
Miranda (1875), de John William Waterhouse |
Porque cuando el héroe pasó, como la tempestad, sin
detenerse en los rellanos
del amor,
cada uno lo elevaba, cada latido de un corazón que palpitó por él;
cada uno lo elevaba, cada latido de un corazón que palpitó por él;
pero, vuelto de espaldas, al fin de las sonrisas se
erguía –y era otro.
Denn hinstürmte
der Held durch Augenthalte der Liebe,
jeder hob ihn
hinaus, jeder ihn meinende Herzschlag, abgewendet schon,
stand er am Ende der Lächeln, –anders.
(RILKE, Rainer Maria. Elegías de Duino. 2ª ed. Madrid: Hiperión, 2005, p. 70-71).